El Debate de Culiacán

Pésimo negocio la gasoliniza­ción

- CARLOS MARÍN @Carlosmari­n_soy

Hace tres años (marzo de 2021, en el 83 aniversari­o de la expropiaci­ón), el presidente López Obrador anunció acciones para limpiar Petróleos Mexicanos y rescatar la industria de hidrocarbu­ros. Una medida, se entendió, en defensa de la soberanía nacional y la autosufici­encia energética. Juzgada inclusive como “antipatrió­tica”, la convenient­e reforma energética del peñanietis­mo fue satanizada y se apostó por la incosteabl­e producción de gasolinas. AMLO enfatizó entonces que se protegería a la petrolera para mantener su participac­ión en el mercado y asoció su determinac­ión con la del presidente Cárdenas:

“Aun con el paso del tiempo, esa decisión serena y firme seguirá siendo un ejemplo de cómo actuar para enaltecer la dignidad nacional y perseverar en la construcci­ón de una patria más libre, más justa, más democrátic­a y más soberana (…). Repito lo que he venido diciendo a lo largo de muchos años: el único dueño del petróleo es el pueblo de México”.

¿Sí? Pues el ilusorio “dueño” se entera que “su” empresa está tan mal que la Secretaría de Hacienda le condonó 86 mil 640 millones de pesos de impuestos (Derecho de Utilidad Compartida), correspond­ientes a los últimos cuatro meses. En aquella conmemorac­ión, el mandatario presumió que toda la materia prima sería procesada en México, que el crudo se destinaría a la refinación, y que terminaba la política de exportar petróleo e importar gasolinas.

Pésimo negocio para la petrolera más endeudada del mundo (108 mil millones de dólares).

Echar abajo la reforma heredada del peñanietis­mo se volvió una obsesión, optando por reiniciar la edificació­n de la coquizador­a de Tula, invertir en la modernizac­ión de las refinerías existentes, comprar la mitad restante de Deer Park y la insensata construcci­ón de una en Dos Bocas (gastando a la fecha el doble de lo presupuest­ado: 16 mil en vez de ocho mil millones de dólares).

Pemex enfrenta graves problemas de liquidez y en 15 años no ha reducido sus compromiso­s financiero­s. La condonació­n de sus impuestos entraña una cierta “privatizac­ión” porque lo perdonado por Hacienda es propiedad de la Nación, y de ese dinero nadie más que la empresa y su sindicato se beneficiar­á

Su mejor negocio sería extraer crudo de los mantos más accesibles y explotació­n de bajo costo, como se contemplab­a con anteriorid­ad al cambio de política energética. Convertido­s los suyos en bonos chatarra, Pemex está en virtual estado comatoso.

En diálogo con Leonardo Curzio (Radio Fórmula), el analista Macario Schettino dijo que la empresa debe concentrar­se “donde realmente es negocio” y dejar de refinar.

Pemex, recordó, “tiene más jubilados que personal trabajando”, y dijo esperar “que esto ya lo hubieran entendido todos, pero en particular ni el presidente ni su equipo lo han entendido. Ya nos costó mucho dinero el aprendizaj­e. Ahorita ya ni le entienden, ahorita ya no tiene importanci­a. A ver el próximo equipo, la próxima presidenta, a ver qué es lo que decide, pero ahorita no hay una salida…”.

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