Las re formas constitucionales del presidente Andrésmanuelló pez obrador
“La Constitución no ha muerto, y debemos de recordarla, debemos impugnar por la lucha, por la transformación, nada de esto es fácil, pero vale la pena luchar por lo que es justo”
Andrés Manuel López Obrador.
Las veinte reformas constitucionales presentadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador han generado un intenso debate en la opinión pública. Mientras algunas personas consideran que se trata de una estrategia electoral para debilitar a la oposición, estas iniciativas van más allá de los intereses políticos. Representan un conjunto de ideas que López Obrador busca dejar como legado, formando parte esencial de la base ideológica de la Cuarta Transformación. Su objetivo principal es erradicar los efectos perjudiciales del neoliberalismo en la población y promover la justicia social en nuestra nación, tal como lo ha expresado. No es casualidad que el presidente haya elegido este 117 aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como marco para la presentación de sus 20 iniciativas y establecer un precedente. Si bien es cierto, estas reformas en su mayoría son populares, pero a su vez reflejan las demandas y necesidades de mexicanas y mexicanos que no habían sido escuchados en sexenios anteriores. López Obrador está poniendo el dedo en la llaga para construir un marco jurídico, franco y acorde a su visión de país.
Este primer saque impulsado por Andrés Manuel tiene como objetivo abrir un amplio debate sobre su ideario a la sociedad civil en temáticas de alta naturaleza social y en el Congreso de la Unión para garantizar un marco que busca promover la igualdad, la justicia social y el bienestar de todas y todos los mexicanos, y que no está “atando de manos” a la Dra. Claudia Sheinbaum como han manifestado algunas personas, ya que ambos forman parte del mismo proyecto de nación, además de que las reformas también serán discutidas en el Poder Legislativo.
El paquete de 20 iniciativas de reforma abarca una amplia gama de temas y tienen un impacto social profundo. Entre ellas se encuentran: el reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público, reafirmar las pensiones para adultos mayores a partir de los 65 años y aumentar el monto cada año, la implementación de becas para todas y todos los estudiantes, garantizar la salud pública para toda y todos los mexicanos, el acceso a una vivienda digna, la prohibición del maltrato animal, la prohibición de la extracción de hidrocarburos mediante el fracking, la protección de las zonas con escasez de agua y solo autorizar concesiones de uso doméstico, la prohibición del comercio de vapeadores y la compra de fentanilo, no permitir que el salario mínimo sea menor al de la inflación, el salario mínimo para maestros, guardias nacionales, soldados, marinos y médicos no podrá ser menor a lo que perciben las personas trabajadoras inscritas al IMSS, la reversión del sistema de pensiones de gobiernos de Zedillo y Calderón, para garantizar pensiones más justas, el derecho a la educación y al trabajo, todos los campesinos que quieran cultivar sus tierras contarán con un jornal “seguro, justo y permanente”, la utilización de las vías férreas concesionadas para trenes de pasajeros, la reducción de legisladores y gastos de campaña, la elección popular de jueces y magistrados, la integración de la Guardia Nacional a la Defensa Nacional, la implementación de la austeridad republicana como política de Estado y la eliminación de organismos autónomos.
Estas iniciativas de reformas representan el conjunto de pensamientos de la persona que funge como presidente, si bien algunas suenan demasiadas idílicas, simbolizan un profundo cambio en la forma en que se concibe la política y la gobernanza en México, y valdría la pena reflexionar y poner énfasis en cómo podemos garantizar reglas claras en reformas sociales que nos incuben a todas y todos los mexicanos.