2024. Elecciones intervenidas por estados unidos
Las filtraciones del gobierno de Estados Unidos en The New York Times y Propublica sobre el financiamiento del narco en las campañas presidenciales del saliente mandatario Andrés Manuel López Obrador constituyen una clara intromisión de los gringos en las elecciones de este año. No lo está haciendo con sus clásicas formas de intervención: El envío de tropas, organizar golpes de Estado con cómplices militares al interior, boicot comercial, sanciones económicas. Lo que realiza en México ahora sembrando incentivos en la ciudadanía para menoscabar el poder electoral del grupo gobernante. Quizá busca impedir que Morena gane mayoría calificada en las Cámaras en junio próximo. Las filtraciones sobre los dineros entregados en 2016 y 2018 a los cercanos a AMLO, tienen como propósito pegarle una ayudadita a la oposición que todavía se ve débil; además, para evitar que el vecino del sur use la contención migratoria para desestabilizarlo.
Está resultando un recurso muy efectivo. No habría que descartar que incluso lo pudieran hacer a nivel estatal.
El Departamento de Estado, articulado con la DEA, la CIA y el Departamento de Justicia, jugará el doble papel de tirar la piedra y esconder la mano.
No le conviene a USA tener en sus fronteras a un gobierno con un nacionalismo populista, de corte autoritario, que pudiera desafiarlo con un control centralizado de los poderes y la total complicidad de los militares.
Pocos presidentes mexicanos se les han enfrentado abiertamente: uno fue Antonio López de Anna (1833-1847) que quiso recuperar Texas y al final perdimos la mitad del territorio. Otro fue Venustiano Carranza (1916-1920) que marcó distancia de Estados Unidos e institucionalizó una política exterior nacionalista. No obstante, el Varón de Cuatro Ciénegas autorizó que ingresara a territorio nacional una expedición punitiva de cinco mil soldados yanquis comandada por el general John Pershing en 1916 para atrapar a Francisco Villa, misma que fracasó.
Pero los presidentes más bragados se han avenido a la coexistencia pacífica que exige la vecindad: Benito Juárez, Porfirio Díaz, Calles, Obregón, Cárdenas y el resto de mandatarios hasta la actualidad.
Las bravuconadas de López Obrador contra las filtraciones, enviando mensajes hostiles al presidente Biden no los detendrá, ni su agresividad contra medios y periodistas. Si intentara relajar el control migratorio para influir en las elecciones de USA, estaría comprando boleto para enfrentar al final de su mandato un juicio similar al de otros expresidentes latinoamericanos acusados de complicidad con el narco.
DESMERITOCRACIA
Cuando se reinstauró la reelección en México, se buscaba que los funcionarios electos capitalizaran la experiencia de un primer periodo, que les permitiera profesionalizarse en continuos mandatos. Asimismo, sería un mecanismo efectivo para premiar los buenos desempeños y castigar los malos. Pero nos salió el tiro por la culata, sobre todo con Morena que no solo postula a pésimos candidatos debutantes, sino que tiende a mantener a políticos mediocres, producto de cochupos y arreglos con las mafias partidarias.
La gran transformación que prometen tiene como resultado una desmeritocratización. En estas circunstancias, un diputado o presidente municipal anodino, podría reelegirse si está bien agarrado con los de arriba.
También el chapulineo enrarece este escenario, pues obliga a los partidos de oposición a postular no necesariamente a los más capaces, sino a los más fieles por temor a que se les volteen ya estando en el cargo. Ya no se sabe ni para donde voltear.
Las obras públicas anunciadas por el gobernador Rocha Moya para Culiacán despiertan entusiasmo entre empresarios y vecinos. Ya era hora. Es un espaldarazo para Juan de Dios.