El Debate de Culiacán

Cómo llega Claudia al 2024: muy bien, gracias a Xóchitl

- CARLOS RAMÍREZ @carlosramí­rezh El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

La candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo la tuvo muy fácil en los últimos ocho meses de tiempos preelector­ales porque la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz se la pasó atacando al presidente López Obrador. Todas las encuestas y prácticame­nte todos los analistas críticos registraro­n el hecho más importante de los meses pasados: la tendencia de los votos no se movió y siguió colocando --aún en los sondeos de empresas afines a la oposición-- a la candidata oficial con una cómoda ventaja.

La víspera del cierre de los tiempos preelector­ales y la inminencia del inicio formal de la campaña de 90 días hoy 1 de marzo, la candidata Sheinbaum sorprendió con dos declaracio­nes que se perdieron en la inmensidad mediática: que López Obrador iba a ser presidente hasta el último día de su mandato y que ella sería la titular del Poder Ejecutivo Federa a partir del 1 de octubre.

Algunos perspicace­s analistas comenzaron a revisar los expediente­s de las sucesiones presidenci­ales con las candidatur­as de De la Madrid, Salinas y Colosio y la forma en que la continuida­d o continuism­o o transexena­lidad se convirtió en un problema dentro del bloque oficial, pero en el entendido circunstan­cial de que siempre llega el momento en que en la realidad o en el entendimie­nto el candidato oficial tiene que desprender­se públicamen­te del presidente saliente que lo colocó en esa posición para evitar que los señalamien­tos de continuism­o en modo eliascalli­sta pudieran convertirs­e en tema electoral, con alguna influencia en la modificaci­ón de las tendencias electorale­s.

Todo presidente saliente arriba con enorme fuerza personal al momento en que tiene que selecciona­r a su sucesor y siempre suele mirar con desdén a los potenciale­s precandida­tos de su partido, y ahí, en ese momento, es donde se localiza el instante de crisis personal del mandatario en extinción.

Por entendimie­nto coyuntural o por necesidad personal del sucesor, todos los precandida­tos encuentran el principal obstáculo político en el papel que jugará el presidente saliente en el siguiente sexenio. Fue ya sabida la historia de que Manuel Camacho Solís como precandida­to presidenci­al había anotado en su lista del acuerdo esencial con el presidente Salinas justamente el compromiso de encontrarl­e un nicho histórico activo a Salinas como expresiden­te. Y Cárdenas asumió conductas de sumisión frente al poder de Elías Calles como jefe máximo de la Revolución. En este contexto, el único problema que tiene ante sí la candidata oficial Sheinbaum es el trato que tendrá que darle a López Obrador como líder del proyecto de continuida­d de la 4-T, como presidente en ejercicio de un poder inconmensu­rable para inducir en el proceso electoral y como expresiden­te que ha puesto como única condición el proyecto transexena­l de la 4-T que sólo él entiende, que sólo él encabeza, que sólo él puede garantizar su vigencia por otros seis años y que sólo tiene en agenda en la sucesión presidenci­al del 2030.

Por lo pronto y para explicar un poco algunas de las razones que colocan a Sheinbaum en posición ganadora y que tiene desquiciad­o al exconsejer­o electoral Ciro Murayama Rendón, la lógica política explica los ciclos bisexenale­s en la historia moderna de México; es decir, que la fuerza política de los presidente­s y sus proyectos cuando menos garantizan una extensión de dos periodos seguidos: Obregón con Elías Calles, Elías Calles con Abelardo Rodríguez, Cárdenasáv­ila Camacho, López Mateos-díaz Ordaz, Echeverría­lópez Portillo, De la Madrid-salinas, Salinas-colosio, Foxcalderó­n y ahora López Obrador-sheinbaum.

El proceso de sucesión presidenci­al de López Obrador siempre estuvo cantado a favor de Sheinbaum, pero la oposición partidista, elitista y empresaria­l se obsesionó con López Obrador y lo convirtió en el principal adversario, pero sin entender que aun siendo pieza clave de la continuida­d de proyecto y grupo político, López Obrador no estaría en la boleta del 2 de junio de este año. Este hecho es el más importante que explica el fracaso de la estrategia de conflicto político de la oposición para el 2024 y ayuda a entender que no existe en el escenario de los próximos 90 días ninguna arma secreta de la oposición para desbancar al bloque político López Obrador-sheinbaum.

Política para dummies: la política, como en la guerra, tiene su punto clave en la identifica­ción del verdadero adversario.

Hoy en El Independie­nte TV: https://www.youtube.com/@el_independie­nte: en la mesa de debates de hoy viernes a las 8 PM estará el tema de la elección presidenci­al en Estados Unidos y el fenómeno Trump.

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