La violencia enrarece muy pronto el ambiente electoral en Sinaloa
El homicidio de Román Quezada, secretario general del Partido Acción Nacional en El Fuerte, tensó más el ya enrarecido clima electoral de Sinaloa. Al representante del blanquiazul lo encontraron muerto con varias heridas de arma blanca en el cuerpo. El hecho conmocionó a la opinión pública y atrajo la atención de nuevo a la seguridad de los candidatos y los actores políticos durante la contienda. El tema deberá de ser evaluado por los tres niveles de Gobierno y tomar decisiones que garanticen justicia para Román Quezada.
LOS PRIMEROS
atisbos de violencia se han dado de manera muy temprana en este periodo electoral. El martes la candidata a diputada federal por el 02 Distrito de Ahome, Bárbara Fox, denunció públicamente amenazas en su contra debido a su postulación. Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que otros 22 aspirantes a cargos de elección popular en Sinaloa han solicitado protección de la Policía, al intuir un riesgo.
QUIZÁ ESTOS CASOS
de violencia política hagan recapacitar al gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, para invertir recursos públicos en la prevención de algún ataque en contra de los candidatos. Y es que el mandatario de la entidad generó polémica esta semana al advertir que no se pagará protección privada para los candidatos, pues “ellos pueden cuidarse solos”. Las declaraciones de Rocha Moya generaron un alud de críticas, y los representantes de los partidos de oposición lo responsabilizaron por lo que pudieran sufrir los aspirantes durante la contienda.
MIENTRAS EL AMBIENTE
electoral se tensa en Sinaloa, el gobernador del estado se mantiene de bajo perfil. Hasta ayer no se había realizado la acostumbrada conferencia Semanera, ni tuvo actividades públicas. Desde el interior del Palacio de Gobierno se dijo que el mandatario está concentrado en la reingeniería de su gabinete de Gobierno, luego de la salida de funcionarios de primer nivel con aspiraciones electorales. Está además la planeación de la agenda que tendrá el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el próximo 15 de marzo para evaluar el sistema de salud.
POR CIERTO,
en torno a la próxima visita presidencial hay dos puntos de preocupación: las protestas de trabajadores de la salud que pudieran darse, debido a las inconformidades generadas por las convocatorias para recategorización. Los enfermeros ya se han manifestado en Palacio de Gobierno y pudieran hacerlo de nuevo durante la visita de López Obrador. El otro caso que prende los focos rojos es la anunciada movilización de universitarios inconformes con los juicios iniciados a funcionarios, rectores y exrectores por compras posiblemente ilegales. José Carlos Tamayo, presidente del Comité de Defensa Universitaria, advirtió que buscarán visibilizar ante el presidente la inconformidad de los universitarios.