José Luis Correa usa la novela negra para contar la pandemia
El detective Ricardo Blanco regresa a la acción en Arpegio de lluvia en el cristal, la nueva obra literaria del escritor
El escritor canario José Luis Correa, que cierra con Un arpegio de lluvia en el cristal el ciclo de “tres novelas del posconfinamiento” protagonizadas por el detective Ricardo Blanco, cree que “la novela negra es un buen instrumento para contar la pandemia”, tan válido como el periodismo.
“El periodista y el escritor trabajan con hechos, los dos pueden contar la misma historia, un crimen, pero el primero ha de ceñirse a esos hechos y hay cosas que no puede decir, mientras que el escritor puede fantasear con aquello que le brinda la imaginación y con que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”, señala Correa en una entrevista con EFE.
Trilogía del virus
Asumiendo el carácter isleño, que lleva implícito el concepto de aislamiento en el ADN del canario, en la pandemia, añade Correa, intervino el factor obligatorio, porque “a lo mejor uno puede pasarse días sin salir de casa, pero lo peor es no tener otra posibilidad”. Correa tiene un recuerdo de esos meses un tanto “desconcertante”, con noticias de 900 o mil muertos diarios y de “estar en el sofá de casa con la lágrima en el ojo diciendo: ‘No, no nos puede estar pasando esto’” y piensa que “la trilogía de novelas refleja esa angustia, ese miedo”.
Las tres novelas de los años 2020, Para morir en la orilla, La estación enjaulada y esta última, publicada como el resto de serie por Alba, es como “la etapa azul de Picasso”.
En esta tercera entrega de la trilogía, ambientada después del verano de 2020, cuando la población pudo comenzar a salir a la calle, pero con mascarillas, hay un crimen en el que aparecen los cuerpos de una pareja de homosexuales en una buhardilla de Las Palmas, y a partir de ahí se abre todo un mundo de presunciones. “Al ser homosexuales, puede haber un toque homófobo en el crimen, pero también puede tener que ver con sus profesiones, uno es famoso en el mundo de la moda y otro en el de la literatura”, apunta el escritor. Finalmente, la madre de una de las víctimas encarga la investigación del crimen a Ricardo Blanco.
Esta “trilogía del virus” refleja muy bien, a su juicio, “la atmósfera de esos trágicos años”, la angustia del confinamiento en el caso de la anterior novela, pero las tres se mueven en “esa especie de bruma nostálgica, de tristeza, de desconcierto y de miedo incluso”.