Sesión 117. ¡Feliz cumpleaños Dr. Winnicott!
Quiero comenzar compartiéndote que el pasado domingo 7 de abril se cumplió un año más del nacimiento del Dr. Donald Woods Winnicott, quien nació un 7 de abril del año 1896, en Plymouth, Reino Unido. D. Winnicott cursó estudios de medicina. Sirvió como cirujano durante la primera guerra mundial en el lapso 1914-1918. Se graduó de la especialidad en pediatría en 1920, comenzando a trabajar como pediatra en 1923 en el Paddington Green Children’s Hospital de Londres. Comienza su análisis en 1923 con James Strachey, siendo luego Joan Rivière su segunda analista. Algunos trabajos de Rivière han sido ya comentados en otras sesiones de esta columna y en esta ocasión quise compartirles esta nota introductoria sobre Winnicott puesto que en las recientes sesiones, hablando de psicoanálisis infantil, pues hemos comenzado a citar su obra. Pues bien, una de las cuestiones con las que quisiera comenzar el día de hoy y que es propuesta por nuestro autor es referente a la capacidad del niño para estar solo. Puede parecer algo no tan relevante, tengamos cuidado con eso. Lo paradójico es que para poder aprender a estar solo antes hay que aprender a estar acompañado. Para Winnicott la capacidad para estar a solas constituye uno de los signos más importantes de madurez dentro del desarrollo emocional. Este concepto aún continúa vigente. Los niños aprenden a estar solos si durante mucho tiempo pudieron estar solos en presencia de otro cuidador. Estar solo en presencia de otra persona permite al niño realizar sus propias acciones. El niño sabe que es observado y por lo tanto controlado, cuidado, atendido, aun cuando la situación no requiere ningún tipo de atención especial. ¿Has notado que en ocasiones mientras tu hijo o un niño juega eventualmente alza la mirada para buscar la atención de su cuidador? Qué decepcionante alzar la mirada y no encontrar alguien que nos esté aguardando (creo que esta es la palabra idónea en esta oración. Aguardar). Con el tiempo, el individuo adquiere la capacidad de renunciar a la presencia real de la madre o de quien ejerza las funciones de cuidado. A este hecho se le ha denominado “establecimiento de un medio ambiente interiorizado”, y funda las bases para lo que luego se llamará confianza en uno mismo, capacidad para estar a solas, y capacidad creativa. El tema de la creatividad también es muy importante para Winnicott, pero de eso hablaremos en otra sesión. Como te decía, el camino para llegar a la independencia primero pasa por la dependencia. Es muy importante sabernos mirados, observados. Sabernos controlados. Ya que en alguna medida el control da confianza y da seguridad (las expresiones patológicas de control son cosa aparte). De alguna manera para las personalidades con rasgos obsesivos el saber que las cosas estarán siempre como las acomodan les da una cierta calma, pero no me refiero tanto a eso. Hablo de lo amoroso, por ejemplo. Aunque pareciera que en la actualidad se vende mucho la idea de no depender o de no necesitar a los demás lo cierto es que para muchas personas realmente la existencia se vuelve muy complicada al experimentarse solos, con una cierta sensación de vacío y con la apremiante necesidad de poder contar con alguien a su lado. Algunos viven tratando de evitarlo y así se van volviendo autosuficientes en muchas situaciones de la vida. Otros más simplemente van de una relación a otra buscando una saciedad que no llega. Algo que pueden hacer los papás para atender esta necesidad de sus bebés es buscar siempre conectarse con ellos. Me podrías decir que sí lo haces y que estás para tu hijo, pero lo cierto es que no nos damos cuenta que muchas de las veces no los vemos. Y no me refiero a verlos solamente en el sentido fisiológico de lo que hacen los ojos al colocarse frente a los objetos sino en el sentido subjetivo de investir libidinalmente al otro. ¿Te pasa que te enojas cuando tu pareja está más atenta al celular o a la televisión que a lo que le estás platicando? Lo mismo nos sucede en ocasiones con los hijos. Más aún, los sentamos frente al televisor o frente a la tablet delegando en los aparatos electrónicos el compromiso de estar ante los niños. Paz y bien, nos vemos el próximo jueves.