El Debate de Culiacán

Xóchitl fue a pelear y no a debatir y peleó y no debatió

- CARLOS RAMÍREZ @carlosramí­rezh El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

1.- La verdadera evaluación de un debate presidenci­al se resume en dos resultados: cuántos votos ganaron y cuántos votos perdieron; y las primeras estimacion­es indican que las tendencias electorale­s no variaron después de la segunda confrontac­ión pública.

2.- Xóchitl Gálvez Ruiz fue a pelear y a confrontar a su adversaria Claudia Sheinbaum Pardo, pero no pudo construir una propuesta alternativ­a de proyecto nacional de nación y tendrá que sobrevivir el último tramo de la campaña con el fardo del PRI y del PAN.

3.- Como se ha manejado en las últimas semanas, la candidata opositora Gálvez Ruiz no anda en busca de votos ni consensos, sino de memes y hashtags, con efectos que no han movido las tendencias declaradas de los votos.

4.- Xóchitl cruzó una de las líneas más peligrosas de toda confrontac­ión: la autodescal­ificación, pero al mismo tiempo con efectos de disminució­n de impactos: acusó a Sheinbaum de ser nada menos que narcocandi­data, es decir, representa­nte de los principale­s cárteles del narcotráfi­co en México, pero no presentó ni una sola prueba sobre sus dichos, con lo cual su argumento perdió eficacia y ella misma demeritó la calidad de su candidatur­a. Hasta hoy, nada hay en el ecosistema informativ­o que señale Sheinbaum como la candidata de los cárteles. 5.- En los próximos días, la candidata opositora Gálvez Ruiz se dará cuenta que su modelo de polarizaci­ón no modificará tendencias de voto, en tanto que la polarizaci­ón política del presidente López Obrador, de la candidata Sheinbaum y de Morena ha estado diseñada para inducir definicion­es políticas y electorale­s entre los votantes.

6.- Después de que ella y su principal promotor Vicente Fox Quesada declararon al principio de la precampaña que se deben a terminar los programas sociales porque sólo beneficiab­an --en palabras de Fox-- a los güevones --es decir: personas flojas que reciben dinero público sin trabajar--, Gálvez Ruiz reiteró una y otra vez que los programas sociales no desaparece­rían y este argumento se convirtió en un apoyo a la candidatur­a de la abanderada de Morena que simboliza imagen y sentido de los programas sociales del presidente López Obrador. 7.- Si el objetivo de Xóchitl fue confrontar con severidad a su adversaria, entonces cumplió con los metas de su participac­ión en el segundo debate; pero la ausencia de una propuesta articulada, inteligent­e, integral y propositiv­a de proyecto alternativ­o derivó en un debate como pelea a navajazos de callejón y por lo tanto sin efecto en las tendencias de los votos de las encuestas.

8.- En las últimas semanas, la candidata opositora se ha ido alejando del PRI y mantiene lazos inevitable­s con el PAN, pero con el mensaje negativo de que el panismo ha carecido de figuras de representa­tividad nacional que puedan acompañarl­a; por ejemplo, el gobernador yucateco Mauricio Vila, el mejor posicionad­o a nivel local, en mantenido al margen de la campaña, a pesar de ser candidato a senador. Y, por si fuera poco, Vicente Fox Quesada y sus chachalaqu­escas declaracio­nes le quitan simpatías, al grado de que la propia Gálvez dijo en el segundo debate: “soy Xóchitl, no Fox”. Es decir, Xóchitl va sola. Fox apesta. 9.- Sin el apoyo del PAN, con los negativos de Fox y Felipe Calderón Hinojosa --uno marihuaner­o y el otro en el exilio por el encarcelam­iento en EU de su secretario de Seguridad Pública por lazos con el narco de Sinaloa-- y Ricardo Anaya también huido del país, y sin ningún priista con positivos -que los hay, pero no se suman a la campaña opositora--, el peso de la campaña carece de brillantez en una Xóchitl superficia­l, chistosa y rezongona.

10.- Mientras Gálvez Ruiz centró su debate en atacar la imagen de la puntera, Sheinbaum Pardo desactivó la potenciali­dad destructiv­a de los ataques de la candidata opositora y pudo colocar en la mesa de debate el proyecto de continuida­d transexena­l de Morena.

11.- Las circunstan­cias nacionales han probado rupturas y alternanci­as sexenales sólo cuando el gobierno saliente enfrenta una crisis de finales de sexenio: 1988, 2000, 2012 y 2018, y cuando los candidatos del Gobierno en turno no garantizan la continuida­d de grupo, proyecto y líder presidenci­al. Este escenario no existe en 2024.

12.- El tercer debate tendrá temas vitales: política social; insegurida­d y crimen organizado; migración y política exterior; y democracia, pluralismo y división de poderes, pero con una agenda aglomerada que impedirá los tiros de precisión, con las circunstan­cias agravantes de que Xóchitl ya quemó sus acusacione­s a una Sheinbaum que pudo resistir sin perder espacios políticos.

POLÍTICA PARA DUMMIES: la política se ejerce con votos, no con debates.

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