Dos muertos en choque de motos en Villa Juárez; un tercero sobrevive
Circulaban por las inmediaciones del poblado La Michoacana cuando uno de los conductores se descontroló
Cuando se desplazaban por la carretera que conduce a la localidad La Michoacana, cerca de una agrícola en la sindicatura de Villa Juárez, en Navolato, se registró un aparatoso accidente entre dos motocicletas, donde dos personas perdieron la vida y una tercera resultó herida. Los hechos ocurrieron ayer, reportaron fuentes de Seguridad Pública. Uno de los occisos era Jesús N., de 33 años de edad y repartidor de tortillas en poblados de los alrededores.
A detalle
Apenas eran las 07:00 horas de ayer cuando, a través del número de emergencia, ciudadanos del municipio de Navolato marcaban al 911 para reportar un trágico percance, al ver tres personas tiradas sobre la carretera y, a un lado, dos motocicletas despedazadas.
En esos momentos uno de los participantes quedaba inconsciente, mientras que el otro se adolecía de su cuerpo. Paramédicos de Cruz Roja del municipio cañero fueron en auxilio, pero al llegar, lamentablemente, se percataron de que dos de los motociclistas habían muerto; otro más tuvo que ser retirado del lugar para ser enviado a un hospital.
Entre la información que se brindó, se dijo que estas personas transitaban en sus motocicletas Itálikas en direcciones opuestas, cuando de pronto, uno de ellos perdió el control del volante hasta terminar estrellándose. Personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) se encargó de realizar el trabajo pericial, para después trasladar los cuerpos al anfiteatro. Las pequeñas unidades también fueron removidas del sitio para quedar aseguradas.
Jesús dejó un bebé
Villa Juárez está de luto. Un hogar quedó en silencio y triste pues Jesús, uno de los fallecidos del fuerte choque, ya no irá a la comunidad La Michoacana ni al campo Chama a repartir tortillas, como todos los días lo hacía para ganarse unos cuantos pesos, para llevar algo para comer a casa.
Un enorme pesar el que dejó, pero en sí, un bebé ya no tendrá quién le dé ese calor de padre, quien lo bese y abrace, pero, sobre todo, le dé ese amor inigualable. Jesús partió al más allá, pero deja su legado, su herencia, pero no podrá ver los logros de su retoño.