José María Liceaga
Después de la derrota de Aculco, José María Liceaga, nativo de Silao, Guanajuato, fue comisionado para que buscara refuerzos para Guanajuato, misión en la que falló. Después de la derrota de Puente de Calderón, en enero de 1911, en las cercanías de Guadalajara, el Ejército Insurgente marchó a la ciudad de Saltillo, donde, el 16 de marzo de ese año, los jefes principales celebraron una reunión para analizar la situación y programar las acciones a seguir. En ella se determinó que Hidalgo y Allende marcharan hacia el norte y Liceaga e Ignacio López Rayón partieran para Zacatecas con el fin de mantener viva la llama de la revolución, ciudad a la que entraron en abril de 1911. El 2 de junio participó en el ataque a Valladolid. Su larga experiencia de guerrillero le salvó la vida en varias ocasiones. Una de ellas fue cuando los realistas tomaron preso a Francisco Javier Mina y mataron a Pedro Moreno. Enormemente desconfiado, él no desensilló su caballo, como sí lo hicieron Mina y Moreno, lo que le permitió al escuchar los disparos, montar en su caballo y salir a todo galope por entre el monte. De ahí se retiró a su hacienda de La Laja, situada entre Silao y León, donde vivió sin intervenir ya con los insurgentes, pero escondiéndose de los realistas. En 1818, mientras transitaba por un camino vecinal, fue asaltado y muerto por un bandolero llamado Juan Ríos.