Falta de garantías
Después de un viaje que realizó a la capital mexicana, el 26 de marzo de 1912 el profesor José Rentería, gobernador de Sinaloa, traslada los poderes de Culiacán a Mazatlán, argumentando falta de garantías en Culiacán, debido a los inconformes con los resultados de la revolución. Enemistado con los maderistas de la Ciudad de México, Rentería es aprehendido en Mazatlán y lo eliminan del cargo. Por ministerio de ley asume el gobierno el licenciado Carlos C. Echeverría, presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Luego vienen una serie de gobernadores, en medio de graves conflictos políticos. Se encontraba gobernando el estado el general Felipe Riveros cuando Francisco I. Madero fue asesinado en la capital mexicana por órdenes del general Victoriano Huerta. Riveros no condenó el crimen ni se rebeló contra Huerta como sí lo hicieron otros gobernadores. Al contrario, el 5 de marzo de 1913 reconoce al gobierno espurio de Huerta. De nada valieron las excitativas de algunos revolucionarios, entre ellos Rafael Buelna Tenorio. Tampoco lo motivó el manifiesto que en Culiacán firmaron algunos maderistas, en el que desconocían al gobierno de Huerta. Riveros decide trasladar los poderes a Mazatlán para estar, según apunta José María Figueroa Díaz, cerca del gobierno del centro. Es más, fue aprehendido y conducido a la Ciudad de México.