Inclaudicable
En febrero de 1913 tiene lugar la traición de Victoriano Huerta al presidente Francisco I. Madero. Menos de dos meses después, Pascual Orozco (padre) es enviado a las montañas del sur para que se entrevistara con Zapata con el fin de convencerlo se sumara a las fuerzas del traidor. El general Otilio Montaño, redactor del Plan de Ayala, ingenuamente pensó en la posibilidad de que el zapatismo entrara en negociaciones de paz. Sin embargo, Zapata no caía fácilmente en el garlito. Así le contestó al profesor Montaño el 5 de abril de 1913: “La revolución no está en arreglos de paz con nadie absolutamente, y el señor Pascual Orozco Sr. y sus acompañantes están encarcelados y procesados por sospechas que les resultan de su verdadera misión al entrevistarme, no era precisamente a llegar a un acuerdo de paz, sino darle tiempo al Gobierno a que me sorprendiera con buen número de fuerzas; para que en la confusión que se originara, alguno de los agregados del señor Pascual Orozco Sr., me asegurara personalmente; pues hay varias cartas que denuncian estos hechos”. Finalmente los zapatistas terminaron fusilando al señor Orozco e incrementando su actividad revolucionaria. Zapata siempre fue el amo y señor de su región, peleando con astucia en contra del enemigo. Es, junto con Francisco Villa, el Centauro del Norte, uno de la revolucionarios más aclamados por los mexicanos.