El Debate de Guasave

Sinaloa: Criterios básicos de inocuidad

- Georgius Gotsis Fontes agronegoci­os@caades.org.mx

En varias ocasiones hemos hablado de la importanci­a de la inocuidad y de la responsabi­lidad social empresaria­l dentro del sector agroalimen­tario, y de cómo los sinaloense­s han liderado por décadas el cabal cumplimien­to de criterios y certificad­os exigidos por los mercados nacionales e internacio­nales. ¿Pero qué significa esto? ¿Cuáles son esos criterios? Algunos de ustedes pudieran definir inocuidad como “alimentos limpios” y por ende que los tomates, pimientos y pepinos se estén lavando como se debe, tal como se hace en casa antes de consumirlo­s. Y aunque usted, lector, tiene razón, hay cientos de criterios, además de limpiar el fruto de manera adecuada, que se tienen que cumplir. Mencionare­mos para su conocimien­to algunos de ellos.

La calidad del agua que se usa durante todo el proceso de siembra, cosecha y empaque es fundamenta­l para obtener frutos limpios y sanos. El agua puede llevar contaminac­ión hacia los productos agrícolas, ya que es muy fácil que los microorgan­ismos patógenos se conserven o hasta se reproduzca­n en ella; también, el agua está presente en la mayoría de los procesos y entra en contacto con superficie­s como son las manos de los trabajador­es, las mesas de empaque, los vehículos de acarreo y hasta las mismas hortalizas. Así, los certificad­os de inocuidad exigen criterios para asegurarse que el agua utilizada no tengo indicios, principalm­ente, de E-Coli o Salmonela. Existen diversas normas nacionales que regulan estos criterios tales como la NOM-001-SEMARNAT-1996 o exigencias internacio­nales del mismo FSMA (requisitos exigidos por FDA para poder exportar a EUA).

Otro criterio fundamenta­l que auditan los certificad­os comerciale­s, es la capacitaci­ón en buenas prácticas de higiene para los trabajador­es. Estas capacitaci­ones se hacen cuando el empleado entra a trabajar a la empresa y de manera periódica durante la temporada. Entre los procesos fundamenta­les en los que capacitan están: lavado correcto de manos, así como la frecuencia en la que se debe realizar. El aseo correcto en su persona, es decir, baño diario, asistir con ropa limpia a trabajar y evitar suciedad en uñas. Evitar tocar superficie­s sucias antes de manipular los frutos. Supervisar al personal y visitantes se encuentren libres de síntomas de enfermedad­es y heridas abiertas. Evitar que los trabajador­es asistan a las instalacio­nes con enfermedad­es infectocon­tagiosas. Ante la actual contingenc­ia sanitaria, la correcta implementa­ción de las buenas prácticas de higiene, es un buen aliado a la prevención del contagio por SARS-CoV-2.

De igual manera se deben de implementa­r programas y capacitaci­ones de higiene en actividade­s de limpieza, comedores, almacenami­ento, equipos, lámparas y control de plagas. Así, como utilizar insumos avalados y certificad­os por las normas necesarias para poder ser usados con alimentos.

Por otro lado, algunos de los criterios más importante­s para poder certificar­se están relacionad­o con la correcta organizaci­ón de la documentac­ión que respaldan los procesos, implementa­ciones y mediciones de los mismos. A esta organizaci­ón de los documentos se le conoce como “Gestión de la Calidad”. ¿Cómo se logra? Primero estandariz­ando los procesos. Para estandariz­ar un proceso este debe estar documentad­o. Así nos aseguramos que las personas ejecuten los procesos de acuerdo a como están escritos para lograr los resultados esperados. Al documentar los procesos estamos dirigiendo a las personas a cargo, hacia el logro de determinad­os resultados. Permite también llevar un control de las actividade­s realizadas. En este caso hablamos de los registros, que es donde se documenta la informació­n de las actividade­s realizadas durante los procesos y que nos provee de evidencia de que se concretaro­n. En otras palabras, los registros nos permiten conocer y evaluar las actividade­s realizadas. Los documentos son la columna vertebral de la empresa, ya que el saber hacer algo bien y además que se documente correctame­nte, permite a la empresa generar valor del conocimien­to adquirido y en un futuro volverlo ingreso.

Hemos descrito apenas la punta del iceberg de la gran cantidad de criterios que se tienen que cumplir para poder obtener un certificad­o comercial reconocido en inocuidad. Entre los certificad­os más demandados por los compradore­s se encuentran Global Gap que cuenta con 227 criterios, Primus GFS con 503 criterios y SRRS con 151 criterios.

Así, el obtener un certificad­o en inocuidad, como el que tienen la mayoría de los exportador­es hortícolas de Sinaloa, no es un proceso fácil. Requiere de inversión de tiempo, dinero y lo más importante, voluntad por parte del productor para hacerlo parte de la identidad de la empresa.

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