Amada y odiada
El 4 de marzo de 1996, la prensa nos trajo una mala noticia: el día anterior había muerto en su residencia de París, a los 81 años, la escritora Marguerite Duras: “Monstruo sagrado de la literatura gala, Duras obtuvo en 1984 el Premio Goncourt, el galardón literario más prestigioso de su país con su novela de inspiración autobiográfica El amante, que se convirtió en un auténtico bestseller mundial y fue adaptada para el cine en manos del director Jean Jacques Annaud. Margueritte Donnadieu, su verdadero nombre, adquirió fama mundial con Hiroshima, mon amour y fue autora de su guion cuando esta se hizo película en 1959. Amada y odiada sin medias tintas, y objeto de estudio en las universidades (unas 40 tesis al año estaban dedicadas a su obra), esta escritora gustaba de definirse sencillamente como ‘una mujer de letras’. Y es que Duras dedicó la mitad de su vida a tejer, en sus libros, así como en sus películas y obras teatrales, una suerte de canto ininterrumpido sobre el silencio, la ausencia y los problemas de la comunicación entre los seres humanos, consigna la agencia Ansa. Duras se había convertido en una leyenda viva. Opinaba de todo, desde el futbol hasta las pruebas nucleares, lo que hizo que, a veces, se excediera en sus juicios, como ocurrió con el asesinato de un niño que ocupó durante años los espacios de la prensa, la radio y la televisión”.