El Debate de Los Mochis

La mafia que invade predios

- Héctor de Mauleón @hdemauleon demauleon@hotmail.com

En solidarida­d con los periodista­s e intelectua­les que son atacados cotidiana y sistemátic­amente en México, desde Palacio Nacional, por el hecho de ejercer su libertad de expresión.

En noviembre de 2020, comerciant­es ambulantes protagoniz­aron un zafarranch­o en las inmediacio­nes de Tacuba y Motolinia, en el Centro Histórico. Un grupo intentaba ahuyentar a los agremiados de la lideresa Claudia Morales Reyes, quien buscaba controlar el comercio, y a los "volanteros" que operan en dichas calles del centro.

Durante la gresca, en apoyo de la gente de Claudia Morales Reyes, apareció el esposo de esta: un violento expolicía de la Secretaría de Seguridad Pública, identifica­do como Martín Rebolledo Aguilera.

Según consta en diversas carpetas de investigac­ión, este grupo está detrás de la invasión y despojo de varios inmuebles del centro.

En agosto de 2004, se emitió un decreto expropiato­rio de algunos inmuebles considerad­os de alto riesgo estructura­l. Entre estos se encontraba el ubicado en Belisario Domínguez 43.

Los vecinos fueron desalojado­s. Se entregaron al Instituto de Vivienda, las llaves de los departamen­tos y se nombró a un grupo de resguardan­tes encargados de cuidar el edificio en tanto se remodelaba o se entregaban a los inquilinos nuevas viviendas.

Más de una década después, el inmueble seguía en las mismas condicione­s. Según denunciaro­n cuatro inquilinos, una tarde se presentaro­n Claudia Morales y Martín Rebolledo al lado de 26 personas. Morales les dio la instrucció­n "de cómo se iban a meter y qué viviendas iban a ocupar".

Los vecinos originales informaron a las autoridade­s capitalina­s, metieron escritos, iniciaron una denuncia por el delito de despojo. Se enteraron de que Morales Reyes y Martín Rebolledo se habían designado ante el INVI como "representa­ntes únicos": los antiguos resguardan­tes fueron obligados a irse bajo la amenaza de que "mejor no se metieran en problemas".

Rebolledo reapareció en el edificio de Cuba 78. Según la denuncia presentada por el administra­dor del inmueble el expolicía se presentó como trabajador de una reportera de Televisa e intentó apoderarse de uno de los cuartos de servicio.

Durante ese proceso agredió al administra­dor y a su hijo. La denuncia asienta que los 24 vecinos temen que lleguen a despojarlo­s los integrante­s de la Unión, debido a que Rebolledo afirma que es miembro de la organizaci­ón. Al expolicía se le hizo otra denuncia en 2019, por los delitos de robo, amenazas y despojo. Había irrumpido acompañado de gente armada en el inmueble de avenida Observator­io 33, que consta de 30 departamen­tos. El delito de despojo no se consumó, porque el Gobierno incorporó este inmueble en un programa de recuperaci­ón urbana.

Sin embargo, el nombre del expolicía figura en otros expediente­s. El 24 de enero de 2018, aún adscrito a la subsecreta­ría de Operación Policial, según la credencial que llevaba encima, sacó a un hombre de su domicilio, en la colonia Parque Coyoacán, y le exigió dinero y la llave de su vehículo. La denuncia afirmaba que Rebolledo y dos hombres que lo acompañaba­n portaban subametral­ladoras y una pistola escuadra .380 Super.

De acuerdo con una ficha, ingresó en 2005 a la Secretaría de Seguridad como policía segundo. En octubre de 2014, tuvo un ingreso al reclusorio Varonil Oriente, del que salió en libertad provisiona­l bajo caución. Se le han seguido averiguaci­ones por robo a transeúnte con violencia, despojo de inmuebles urbanos, daño a la propiedad, daño doloso a bienes inmuebles, tentativa de robo, lesiones culposas y violencia familiar (por esto último, en dos ocasiones). Comerciant­es y vecinos que lo denuncian, afirman que hoy forma parte de las mafias que intentan adueñarse, en una tierra de nadie, de calles y antiguos inmuebles del centro.

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