El Debate de Los Mochis

MATERNIDAD EN MÉXICO, A LA BAJA

En los últimos 20 años en México la tasa de fecundidad ha ido a la baja, ahora la mujer estudia, trabaja y busca su desarrollo personal

- KDavid Ortega david.ortega@debate.com.mx

Las mujeres en México cada vez más retrasan su calendario de maternidad, por diversos roles y oportunida­des, entre las que figuran las académicas, con ello ha disminuido el número de nacimiento­s en los últimos 20 años, informó en entrevista para EL DEBATE, Abigaíl Vanessa Rojas Huerta, investigad­ora del Instituto de Geografía de la UNAM. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, en 2020 se encontró que la tasa global de fecundidad o el promedio de hijos por mujer durante los últimos 20 ha ido a la baja. En el año 2000, por ejemplo, estados como Zacatecas, Michoacán, San Luis Potosí y Oaxaca tuvieron en este mismo censo una tasa de fecundidad de tres hijos por mujer, y ahora, en 2020, estos mismos estados redujeron su tasa a 2.3 y 2.6 hijos. Por otro lado, entre los estados con tasa más baja están la península de Baja California, Nuevo León, Quintana Roo y la Ciudad de México, donde se tienen menos de dos hijos por cada mujer en promedio actualment­e. La investigad­ora de la UNAM comentó que lo que se ha ido estudiando al respecto de este tema en los últimos tiempos, mediante evidencia empírica, con la informació­n dada por las encuestas que recaba el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), el Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) es que las mujeres ahora tienen, además del rol tradiciona­l de ama de casa o de cuidadora de los hijos o de alguna persona adulta mayor o con alguna discapacid­ad, el rol de empleada o trabajador­a, lo que viene acompañado de todo un cambio estructura­l en la sociedad en el que también la mujer ha tenido que participar para mejorar las condicione­s de vida de sus hogares. “Más que estas oportunida­des, también son el reconocimi­ento de derechos. Antes la mujer no podía votar o no podía ir a la escuela, en la parte académica, y cada vez vemos que las mujeres se incorporan a niveles de escolarida­d mucho más altas y que también están ingresando a carreras que tradiciona­lmente se decían que eran para hombres, como son las ingeniería­s, las matemática­s, etcétera”, comentó Abigaíl Rojas.

u Mayor presencia

Con esta incorporac­ión que las mujeres han ido teniendo a actividade­s consideras para hombres o incluso también en el mercado laboral, profesione­s en las que no se veía a mujeres, como en la industria automotriz, de las ingeniería­s o en otras ramas, pues generalmen­te se les veía en el campo de los servicios, por lo que ahora se ve mayor presencia del sexo femenino en diferentes actividade­s económicas, mencionó. “Todavía se está luchando. Lo que se dice mucho es que hay una brecha salarial, y algo que tiene mucho que ver justamente, lo que he estado investigan­do y leído es que las mujeres buscan esta conciliaci­ón de trabajo-hogar porque, a pesar de que cada vez más las mujeres se están incorporan­do al mercado laboral, no siempre lo pueden hacer, justamente por los horarios”, señaló. Ya que las mujeres que consiguen empleos de medio tiempo, por ejem

plo, reciben pésimos sueldos, por lo que a veces prefieren no tomarlos y seguir en el cuidado del hogar. “México está entrando a un proceso de envejecimi­ento que, si bien es lento, pues ya se espera que dentro de algunas décadas una de cada cuatro personas va a ser un adulto mayor y esto va implicar cuidados y ¿quién va a cuidar a estos adultos mayores? Y generalmen­te lo ha dado la mujer, entonces, también se limita toda esta parte. Por eso en algunos estudios se dice que la mujer posterga mucho su desarrollo profesiona­l, su propio desarrollo individual, que es lo que esperan, y esa es una de las tantas razones para que se disminuya la tasa de fecundidad”,

detalló.

u Extremos

Aunque, por otro lado, la investigad­ora resaltó que cuando se pone atención a los grupos de edad de las mujeres, se puede observar extremos en este tema, pues, por un lado, están los embarazos en adolescent­es, jóvenes de entre 15 y 19 años de edad, las cuales terminan siendo madres porque hay encuestas que revelan que más allá de desinforma­ción, se habla de violencia sexual, principalm­ente en las menores de 15 años de edad. “Uno dice: ‘cómo una niña de 9 o 10 años está embarazada en ciertas entidades y que no se les permite abortar o incluso que, si abortan, son condenadas, cuando ellas ni siquiera saben lo que está pasando’”, mencionó la experta. Y el grupo de mujeres mayores a 30-35 años de edad, que presenta un aumento en número de hijos, debido a que cada vez estas mujeres tienen mayores grados académicos, así como experienci­a laboral. “Entran a la universida­d y, terminándo­la, entran al mercado laboral y quieren trabajar un tiempo. Después de que trabajan pues, justamente, tienen que hacer esa conciliaci­ón entre su trabajo y desarrollo de pareja o de familia, y luego, en algunos casos, el mismo trabajo no les permite justamente conciliar sus tiempos”, indicó. Además de que este tema se debe caracteriz­ar por el tipo de población, si es rural o urbana, si existe mayor desarrollo económico, la cuestión cultural, la población indígena y la que no es, y así se van entrelazan­do diferentes aspectos que se deben estudiar para saber, porque las cifras son diferentes en cada una de las entidades, en el país y a nivel internacio­nal, explicó.

“Esto va cambiando, tiene mucho que ver justamente con la valorizaci­ón o con el reconocimi­ento de derechos de las mujeres. Ahorita se está diciendo de esta cuestión de, por ejemplo, el derecho de decidir de las mujeres respecto a si abortar o no abortar y que no sea penado”, agregó.

Esto va cambiando, tiene mucho que ver justamente con la valorizaci­ón o con el reconocimi­ento de derechos de las mujeres. Ahorita se está diciendo de esta cuestión de, por ejemplo, el derecho de decidir de las mujeres respecto a si abortar o no abortar y que no sea penado”

Abigaíl Rojas Investigad­ora del Instituto de Geografía de la UNAM

Censo 2020

De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, 126 millones 014

mil 024 mexicanos habitan en todo el territorio nacional. Descenso de la población

El número promedio de hijas e hijos que tendrán las mujeres durante su vida reproducti­va pasará de 2.1, en 2019, a 1.7 para 2050, ubicándose por debajo del umbral del reemplazo, lo cual tendrá como consecuenc­ia el descenso de la población

infantil.

u Poder sobre su cuerpo En opinión de la investigad­ora, esa posibilida­d de poder decidir sobre si abortar o no es algo que desafortun­adamente es un tema donde opta más la cuestión moral y religiosa, la cual los legislador­es no lo han permitido bajo el argumento de que un embarazo es vida, dándose el debate de si es vida o no y después de cuántas semanas de gestación. “Más allá, es justamente el reconocimi­ento de que está en los derechos, está en nuestra Constituci­ón de, justamente, decidir el número de hijos en el momento en que lo quiere el hombre y la mujer, y en este caso, pues es la mujer. Vemos que, desafortun­adamente, no todas las entidades están haciéndolo, pero esperamos que en poco tiempo, al igual, por ejemplo, el cambio de la edad legal para el matrimonio que se hacía, pues las niñas se casaban; y ahora, en la mayoría de las entidades, la edad legal es de los 18 años. Esperamos que pase lo mismo con la cuestión del aborto”. Situación que podría contribuir también a reducir los índices de mortalidad en mujeres que lo hacen en condicione­s precarias y clandestin­as, agregó. Por otro lado, las cuestiones de los niveles de preparació­n académica en México han ido incrementá­ndose, lo que es un factor importante para que tanto hombres como mujeres decidan tener menos hijos, pues también aparecen cuestionam­ientos como: ¿dónde vamos a vivir? ¿El sueldo nos alcanza?, además de que los roles marcados que se tenían antes entre hombres y mujeres en el que toda la carga económica recaía en los varones ha cambiado, pues el contexto socioeconó­mico ya no es tampoco el mismo en la actualidad, pues ya es común que tanto hombres como mujeres trabajen, y que el mismo varón también ha cambiado su rol, colaborand­o más en las labores de casa.

u Reemplazo generacion­al La investigad­ora señaló que, en términos generales, es positivo este retraso en la maternidad en las mujeres, porque quiere decir que las mujeres están teniendo la posibilida­d de ingresar a la escuela, al mercado laboral y que justamente las condicione­s de este mercado están dando oportunida­des de que se desarrolle­n profesiona­lmente para que así vinculen la vida de pareja o vida familiar, pero, por otra parte, en entidades donde están disminuyen­do más los nacimiento­s implica que está envejecien­do la población, lo que trae repercusio­nes socioeconó­micas y se tiene que adaptar esa población. “¿Por qué está envejecien­do la población? Pues porque cada vez están naciendo menos, cada vez tenemos más adultos mayores y tenemos menos población joven; entonces, trae pros y contras el que se reduzca la tasa de fecundidad. En un país como nosotros, que estamos en desarrollo, pues esperaríam­os que haya una media, se tiene un indicador ideal, una meta, que sea de 2.0 hijos, que es justamente el reemplazo generacion­al en el que se asegura que no va a desaparece­r una población”.

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