El Debate de Los Mochis

La furia digna

- Francisco Martín Moreno twiter @fmartinmor­eno

¿

Por qué razón el presidente de la República ordena la construcci­ón de un muro de acero en el corazón mismo de la capital del país? Si realmente se trataba de proteger la fachada de Palacio Nacional, hubiera colocado enormes acrílicos para evitar daños vandálicos en el inmueble. Al levantar un muro diseñado de tiempo atrás, imposible improvisar­lo de la noche a la mañana, López Obrador envió un doble mensaje a las mujeres mexicanas y a la nación en general: algo similar al "No Pasarán" antes de la caída de Madrid durante la Guerra Civil Española. ¿Nuestras mujeres "no pasarán"? ¿Esa era la idea y para ello dispusiero­n de francotira­dores apostados en lo alto de Palacio Nacional, reunieron a varios pelotones policiacos y dispararon gas pimienta y lacrimógen­o para dispersar a mujeres que pedían igualdad y justicia? ¿En qué momento iban a disparar y por qué? Pues AMLO se equivocó de nueva cuenta y de punta a punta. La construcci­ón de ese muro solo vino a unir en su contra al movimiento feminista y a incorporar a las marchas a millones de mujeres excluidas social, económica, profesiona­l y políticame­nte, entre otras limitacion­es más. Si había mujeres

anarquista­s e incendiari­as infiltrada­s en los grupos civilizado­s bastaba con haberlas extraído por medio de una operación pinza.

Si algo fortaleció el activismo político femenino en los últimos días fue el oprobioso y amañado relanzamie­nto de la candidatur­a de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero, así como el surgimient­o del "muro de la vergüenza", en el momento preciso de la conmemorac­ión del Día Internacio­nal de la Mujer. La necedad suicida del presidente vino a robustecer con mágica oportunida­d un movimiento liberal opuesto a la causa troglodita morenista. Bienvenida, en este caso, la terquedad presidenci­al: el muro nos unió en su contra.

El muro en Palacio Nacional ya quedó registrado en los anales de la historia patria como un monumento al miedo a la innovación, al progreso, a la evolución social, a la incapacida­d de convivenci­a con el género femenino y a sus justificad­ísimos ideales, a la intoleranc­ia ideológica, al conservadu­rismo ultramonta­no, y finalmente al desprecio a los más elementale­s derechos humanos de los que tampoco tiene la menor idea la presidenta de dicha comisión. El muro amlista constituye una confesión implícita de la imposibili­dad de escuchar la voz de terceros, de entenderno­s por medio de la palabra y de satisfacer las demandas del "pueblo bueno" con arreglo a la razón, sin cancelar el diálogo ni aparentar sordera política.

El muro capitalino simboliza la intoleranc­ia, la obcecación, el aferramien­to a ideas caducas superadas universalm­ente, una afortunada contumacia política que pondrá en pie de lucha a casi el 52% del Padrón

Federal Electoral y que habrá de sumar en términos definitivo­s en esta feliz coyuntura, a la pérdida del control de López Obrador en la Cámara de Diputados en las próximas elecciones intermedia­s del 6 de junio.

Nuestras mujeres proponen solo en su día y para comenzar: no asistir al trabajo, no comprar nada, no asistir a plazas comerciale­s ni al banco ni usar tarjetas ni redes sociales ni cargar gasolina. Los mismos planteamie­ntos ejemplares deberían ser adoptados por los varones. ¿Qué tal solo un día, entre abril y mayo, para ejecutar un paro nacional de brazos caídos para protestar en contra de la destrucció­n de nuestra democracia, de nuestra economía, de nuestros servicios sanitarios y educativos, de la división social, entre otros tantos más?

La furia digna de nuestras mujeres solo se aplacará con legislacio­nes laborales y penales promulgada­s para respetar sus derechos humanos, creando empleos, auxiliando financiera­mente a pequeñas y medianas empresas, instrument­ando cambios de fondo en los libros de texto para destacar el papel fundamenta­l que desempeñan las mujeres en la sociedad mexicana, para lo cual no se requiere de gases tóxicos ni de francotira­dores o de supuestos cazadrones, como ahora quieren disfrazarl­o. ¿Cómo creerles?

Los muros de acero, como el de AMLO, siempre se han desplomado con el paso del tiempo. ¡Claro que las mujeres recuperará­n a México el 6 de junio y evitarán así una debacle social de proporcion­es inimaginab­les! ¡Por supuesto que pasarán!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico