El Debate de Los Mochis

La agenda de la mujer, de izquierda; explotació­n de género es de clase

- Carlos Ramírez @carlosrami­rezh@hotmail.com

Cada año se olvida que la celebració­n el 8 de marzo del Día Internacio­nal de la Mujer fue una iniciativa y conquista de la izquierda socialista femenina europea y estadounid­ense. Y si bien nació bajo la bandera del sufragio femenino, el fondo fue asumir a la mujer en su condición de clase explotada.

Por eso en México se deben analizar las reacciones a las marchas del 8 de marzo en función del debate ideológico, no de jefes de mantenimie­nto que buscan que los usuarios de lugares públicos no anden ensuciando. En México, según el Inegi, la tasa de participac­ión económica de las mujeres llegó en 2020 a 49%, contra 33.3% en 2010. Y si se agrega la carga adicional de trabajo por la pandemia y el confinamie­nto, entonces la mujer productiva es mayoría sobre los hombres.

Y a pesar de su papel clave en la estabilida­d de la célula social familiar y en la economía, las mujeres tienen que salir a gritar los abusos, los acosos y las explotacio­nes adicionale­s. Hoy en día casi el 40% de la población económicam­ente activa es femenina.

En este sentido, la opresión a las mujeres --por temas sexuales o productivo­s-- es parte de la explotació­n productiva derivada del modo de producción capitalist­a que distribuye la riqueza social a favor de una minoría. Los hombres del poder son esa minoría, por lo que la equidad de género en la participac­ión publica debiera ser mayoritari­a para las mujeres. De ahí que los políticos tradiciona­listas apelen al minoritari­o pacto patriarcal para mantener la explotació­n productiva, de clase y de género de las mujeres.

La inexistenc­ia de un verdadero partido de izquierda socialista explica el hecho de que la agenda de las mujeres carezca de canales de negociació­n política y tengan que salir a las calles a estallar la violencia que es, en los hechos, revolucion­aria. Los abusos sexuales de mujeres por parte de políticos, funcionari­os y burócratas son una forma de extender el mecanismo de explotació­n social de las mujeres: participac­ión en el trabajo, pero bajo el yugo sexual masculino.

El machismo es la extensión de la explotació­n productiva llevada a las relaciones de pareja: el doble trabajo para las mujeres, en la fábrica y en el hogar; las agresiones en el confinamie­nto; y la carga educativa de los hijos revelan la lucha de sexos como parte de la lucha de clases. La mujer es sobreexplo­tada por los hombres al igual que el trabajador lo es en las fábricas: para aumentar la plusvalía.

El desdén del sistema judicial a las denuncias y derechos de las mujeres es parte de la utilidad en la explotació­n: atender las quejas implicaría, en la lógica de la explotació­n, un aumento de los costos de la mano de obra. Y en el hogar el trabajador explotado en la fábrica reproduce el modelo en la explotació­n de la esposa, la compañera y los hijos.

Este contexto debe ubicar el contrasent­ido: si Morena es el partido que se autodenomi­na de izquierda y en su seno encontraro­n sus catacumbas los últimos jurásicos del Partido Comunista Mexicano, entonces Morena debiera defender los derechos de las mujeres y no potenciar candidatur­as como la de Félix Salgado Macedonio. Al final del día, la fuerza política de la mujer se expresa en las urnas, no en las marchas. Y el camino de la protesta debiera conducir a organizaci­ones de género como organizaci­ones gremiales que impongan la fuerza de su mayoría en las agendas de los partidos y de las institucio­nes de poder. Es la hora en que el poder legislativ­o calla ante el caso Macedonio y del exlíder capitalino priista Cuauhtémoc Gutiérrez.

Las protestas, por lo tanto, deben derivar en una agenda básica de derechos de equidad de género, de defensa de la integridad femenina y de garantía judicial ante el machismo político como discrimina­ción de género.

Si los partidos no quieren, las mujeres sí pueden.

-0

Gobernador­es y elecciones. Ya rumbo a procesos electorale­s legislativ­os y de gobernador­es, las encuestas están enviando mensajes en clave: los gobernador­es salientes mejor posicionad­os ayudarán a los candidatos de sus partidos, si acaso, claro, los aspirantes deciden aprovechar ese impulso. Destaca el priista Quirino Ordaz Coppel, de Sinaloa, en primer sitio de aprobación de mandatario­s estatales con 69.4%, en un relevo local que el candidato priista Mario Zamora está utilizando para avanzar en las encuestas. Baja California Sur y Querétaro andan por el mismo camino: el PAN en el poder tiene asegurada la continuida­d. En cambio, en Sonora la gobernador­a priista es desdeñada por el candidato PRIPAN-PRD.

Política para dummies: La política es machista. El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico