El Debate de Los Mochis

POR EL BIEN DE LA DEMOCRACIA

`Timing' político en campaña

- Miguel Vicente Rentería miguelvice­nterenteri­a@gmail.com

¿Qué tengo que hacer para ganar? La pregunta que todo político y política se realiza para poder entender a la sociedad y abordar, en consecuenc­ia, el tema de su interés.

Sobre todo, cuando este tiene opiniones divididas entre la ciudadanía y pudiera ser rentable para subirse a la conversaci­ón y sacar un poco de simpatía entre quienes, por supuesto, están a favor, con la ligera timidez de que un posible paso en falso sobre el tema pueda ocasionar un descalabro en las ya difíciles carreras políticas.

Hemos hablado ya en esta columna en un par de ocasiones sobre el “timing político” sobre cómo abordan las y los grandes líderes de opinión el sombrero selecciona­dor entre que cierto político tiene timing político, o que otros no están entendiend­o el timing. Y así, versan las conversaci­ones que deja la semilla entre los más jóvenes de la política sobre ¿de qué se trata el timing?

Con esta frase, nos estamos refiriendo a “los tiempos en política”, de las acciones que emprende la clase política o candidatos en un espacio y tiempo determinad­os, del aquí y el ahora, como dicen algunos mentores motivacion­ales. Estamos hablando con esta frase de lo situados que están o, de plano, de lo muy perdidos que están los políticos frente a la sociedad y los temas que están discutiend­o en un lugar determinad­o.

Tener timing político es saber cómo, cuándo y dónde utilizar el recurso que tienes, en el momento preciso y el lugar correcto, es una parte esencial de la estrategia política que requiere habilidad y paciencia, pues utilizar un tema demasiado pronto o también demasiado tarde modifica el efecto que causaría. Se trata de tiempo y espacio, de tener instinto y olfato político para distinguir el momento adecuado para saber si abordas o no un tópico en específico y, por supuesto: de qué manera hacerlo.

El tiempo político no es lo mismo que el tiempo que llevamos en nuestras muñecas, por ejemplo: una candidata o candidato pudiera hacer campaña por meses y perder una elección contra uno que comience unos días antes de la elección. Hoy en día, los cataclismo­s y los momentos definen lo que sucede, y toda persona que se dedica a la política debe estar preparada para esto, para entender los tiempos y que todo puede cambiar de un momento a otro, pero estar listo para ello.

Los tiempos en nuestros tiempos ya no tienen variables, las campañas electorale­s ya no son una línea trazada donde se tiene que seguir todo al pie de la letra, los tiempos y la informació­n vuela tan rápido que un día un evento fuera de tus manos te puede obligar a cambiar de eslogan, de branding, de propuestas o incluso de candidatos.

El timing político también obliga a los Gobiernos y a las Administra­ciones a dar respuestas rápidas y contundent­es, por ende, los Gobiernos tienen que entender estos conceptos y operarlos desde sus oficinas centrales, o búnker de campaña, en caso de una elección.

La edad, el uso de la tecnología, los códigos de lenguaje, lo nuevo en el mundo y lo más nuevo son el lastre que impide a la clase política adaptarse a los tiempos en estos tiempos. En los tiempos donde la expectativ­a de la ciudadanía va por un elevador, y la clase política se empeña en seguir subiendo por las escaleras.

Nos vemos en la próxima.

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