Lo mejor de vender EL DEBATE es hacer amigos
Asegura que con este trabajo pudo dar una carrera universitaria a su hijo mayor
Orgulloso, con decenas de ejemplares de EL DEBATE entre sus manos, don Carlos Ramón Gaxiola Armenta llega diariamente al crucero de la calle Madero y bulevar Río de Las Cañas cuando apenas el sol brinda sus primeros rayos de luz, donde sus clientes lo esperan para recibir las noticias recién salidas de la imprenta.
Su día inicia a las 3:30 de la madrugada, cuando se levanta y se prepara para tomar su motocicleta y dirigirse a la ventanilla donde recibe los periódicos que habrá de entregar, primero en una ruta de entregas especiales y llegar casi a las 6:00 de la mañana a la venta en el crucero, donde aproximadamente en dos horas saca el trabajo del día.
Tras un largo tiempo de dedicarse a la venta de periódico, la mayoría de los clientes que circulan por ese sector ya lo reconocen y desde lejos atinan “echarle un grito” de saludo para animarlo a seguir trabajando. “Ya me conocen, me saludan y me compran el periódico, casi una vida trabajando en el mismo lugar. Primero hacía entregas a domicilio y tenía otro trabajo aparte, pero le sumé el punto de venta del crucero, después de las entregas particulares, y me va mejor.”
Lo más bonito
Don Carlos Ramón asegura que lo más bonito de vender EL DEBATE es conocer mucha gente y hacer muchos amigos; a los vecinos, dice, ya hasta los siente parte de su familia.
Con una sonrisa en el rostro comparte que en este punto de trabajo ha conocido a muchas personas importantes, e incluso le ha tocado saludar a famosos, como al beisbolista Aurelio Rodríguez Ituarte, de quien lleva el nombre la Ciudad Deportiva. “Aurelio Rodríguez era mi cliente, todos los días me compraba EL DEBATE, intercambiábamos algunas palabras, siempre muy amable”, recuerda. Con mucho orgullo y un suspiro que lo hace inflar el pecho, asegura que este trabajo le ayudó a sacar adelante a su familia y a dar estudios universitarios a su hijo mayor, quien ahora es ingeniero en Software.
“Gracias a este trabajo he sacado adelante a mi familia y hemos ido progresando gracias a Dios. Tengo cuatro hijos a quienes he sacado adelante con este trabajo: el mayor cumplirá 25 años en abril y el que le sigue cumplirá 18, tengo otro de 13 y mi niña de 5 años, que es la menor. El mayor ya tiene su profesión, con este trabajo le di estudios, es ingeniero en software egresado de la UAS y ya está trabajando. Con este trabajo de vender el periódico pude pagar esa carrera universitaria y con esto también seguiré sacando adelante a mi familia.” A don Carlos Ramón se le conoce como un hombre responsable y trabajador, tanto que durante esta entrevista no se le viene a la mente un día que haya tenido que faltar a su trabajo. “Al año tengo 5 días libres: tres días de Semana Santa, el día 2 de enero y el día 26 de diciembre, cuando no hay periódico; el resto del año se trabaja, llueve, truene o relampaguee, incluso si hay chubascos, pues a veces es cuando hay más ventas.”
Satisfacciones
Don Carlos Ramón asegura que muchos de sus clientes se han ido a vivir a otra ciudad durante mucho tiempo y al regresar, en ocasiones de visita, se detienen a saludarlo y comprarle el periódico, incluso, dijo, si hay tiempo, hasta comparten algunas expresiones sobre las noticias del día.
“Eso me da mucha satisfacción que la gente me identifica y regresan y me encuentran trabajando con el mismo entusiasmo en el mismo crucero. Yo les contestó que gracias a Dios sigo en el mismo lugar y con la misma gente, como dice la canción.”
Comparte que a pesar de tantos avances tecnológicos que permiten tener más acceso a las noticias mediante un teléfono o computadora, el periódico impreso sigue estando en la preferencia de muchas personas, pues consideran que observar las fotos impresas y las noticias escritas tienen mayor aportación.
Don Carlos Ramón asegura que desde que las noticias de mayor impacto y que han incrementado mucho sus ventas son, desafortunadamente los hechos violentos. “Entre las noticias más impactantes y que me han hecho vender más el periódico es la violencia, cuando empezó la violencia, del 2008 al 2010 fue cuando tuve las ventas más altas, desafortunadamente con la violencia, toda la matazón.”
Finalmente exhortó a sus clientes para que sigan disfrutando de las noticias impresas, pues el olor de tinta en el papel es una esencia muy importante y la venta del periódico es gran parte de su vida.
“Ojalá que nos sigan apoyando, que sigan comprando el periódico toda la vida, esto es nuestro trabajo, es con lo que los voceadores nos hemos mantenido, es nuestro trabajo.”
Don Carlos atiende a sus clientes diariamente en el crucero de Madero y Río de las Cañas en la ciudad de
Los Mochis