El gran Emiliano
En 1918, Emiliano Zapata se encontraba lejos de los ideales de Carranza, combatiendo al presidente desde las montañas de Morelos. El general suriano jamás había confiado en el coahuilense, quien durante el Porfiriato ocupó cargos políticos importantes. Simplemente recordemos que Carranza jamás acudió al llamado que le hiciera don Francisco I. Madero para que se sumara a las filas de la revolución. Lo hizo cuando ya la victoria estaba del lado de los maderistas. Es decir, llegó con la mesa ya servida. Esto jamás lo olvidaría Zapata. El 24 de marzo de 1918, Zapata hace un llamado a los carrancistas para que se sumaran a sus filas y lucharan en contra del que consideraba un traidor a la causa revolucionaria. En esos días muchos carrancistas en diversas partes del país había reconocido que Carranza había perdido el rumbo, no obstante estar ya rigiendo la Constitución de 1917. Incluso, no pocos levantamientos armados habían aparecido en diferentes regiones mexicanas. En realidad, no sabemos cuántos oficiales y soldados carrancistas acudieron al llamado de Emiliano Zapata. Sin embargo, un año más tarde, en abril de 1919, el gran Emiliano, como lo llamaban sus indios del sur, morirá asesinado por órdenes de don Venustiano Carranza, quien no se andaba por las ramas para eliminar a todo aquel que se le atravesara en el camino del poder.