COMERCIO ELECTRÓNICO CRECE, PERO IMPACTA AL MEDIO AMBIENTE
Greenpeace México y la Universidad Iteso revelan en una investigación las afectaciones ambientales y sociales detrás del sobreconsumo en México, incluidas las ventas en línea
Existen miles de ejemplos de personas que realizan acciones contra el cambio climático, iniciativas a las que se les ha puesto foco durante la pandemia de covid-19; sin embargo, un reporte de investigación de Greenpeace México y la Universidad Iteso revela que actos de compras promovidos, como el comercio electrónico, generan un impacto en el medio ambiente y un sobreconsumo. Consideraron que los consumidores tienen el poder de demandar y apoyar alternativas sostenibles de comercio y de consumo responsables.
➜ Impacto del comercio electrónico
El reporte de investigación realizado por Greenpeace México y el Iteso El Consumo en México y sus Impactos en el Cambio Climático, ¿Cómo Avanzar hacia el Consumo Responsable? explica que, aunque pudiera pensarse que el consumo digital tiene un menor impacto en el gasto de energía, no es así. El reporte detalla que las instalaciones de alojamiento web tienen la capacidad de consumir la energía que requiere una ciudad de tamaño mediano, mientras que el sector de las tecnologías de información actualmente consume aproximadamente el 7 por ciento de la energía mundial.
“Gran parte de la huella de carbono del comercio electrónico proviene de la última milla del proceso de envío, donde el paquete se envía desde un centro logístico a una dirección particular. Solo en 2019 se generaron 53.6 millones de toneladas métricas (Mt) de residuos electrónicos en todo el mundo, y solo el 17.4 por ciento de estos se recogieron y reciclaron”, cita el estudio.
Pero incluso ese hecho llega a ser peor si los mecanismos de entrega se apresuran. De acuerdo con Greenpeace, la entrega rápida requiere tres veces más energía que la entrega tradicional, ya que se necesita de varios mensajeros que entregan a diferentes lugares. Más vehículos y más tráfico en la ciudad significan más emisiones. De acuerdo con los datos preliminares, este fue un incremento de compras por internet en 2020 debido a las restricciones de movilidad recomendadas tras la llegada de la covid-19. Además, estima que, de acuerdo con un estudio de la consultora International Data Corporation (IDC), la cuarentena en México pudo hacer crecer el comercio electrónico hasta un 60 por ciento durante 2020. Lo cierto es que el comercio electrónico ha incrementado su importancia dentro de la economía nacional. Por ejemplo, apunta que la participación en el PIB del país ha crecido en dos puntos porcentuales en un periodo de cinco años, ya que en 2018 el comercio electrónico representó el 5 por ciento del PIB, mientras que en 2013 fue del 3 por ciento, de acuerdo con lo dicho por el Inegi en 2020. Además, Greenpeace México y el Iteso explican que el valor del comercio electrónico en México se ha multiplicado más de 20 veces en una década.
“En el año 2009 se reportaban cerca de 24.50 miles de millones de pesos en ventas por este medio, mientras que para el año 2018 se alcanzaron cerca de 491.25 miles de millones de pesos dentro del e-commerce (AIMX, 2018), 20 veces más con respecto a
2009”, señala.
➜ Consumo desmedido
Greenpeace México y el Iteso apuntan en su investigación que El Buen Fin se considera la campaña de promoción de consumo más grande de México. En 2020, por motivo de la pandemia por covid-19 y para evitar aglomeraciones de personas, tuvo una duración de 11 días y se llevó a cabo del 9 al 20 de noviembre. Explica que uno de los principales artículos consumidos, tanto en 2020 como en 2019 durante El Buen Fin, fue la ropa y el calzado. En términos de huella hídrica la industria textil, por ejemplo, requiere 2 mil litros de agua para generar una playera de algodón, 10 mil para una falda o pantalón y 8 mil para un par de zapatos, de acuerdo con Semarnat. De hecho, la industria textil es responsable del 20 por ciento de las aguas residuales y del 10 por ciento de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera a nivel global. En este sentido, y en el marco del Día Mundial de los Derechos de las y los Consumidores, y del Día Mundial del Consumo Responsable, Ornela Garelli, especialista en consumo responsable y cambio climático de Greenpeace México, mencionó que el cambio climático ve sus orígenes justamente en el modelo económico dominante, en los patrones actuales de producción masiva y sobreconsumo. “Este sistema económico lineal (extraer, producir, consumir, desechar) está acabando con nuestro planeta, ya que se basa en la explotación de la naturaleza y de las personas para el beneficio de unos cuantos”, consideró.
Por su parte, Ignacio Román Morales, académico del Departamento de Economía, Administración y Mercadología del Iteso, señaló que este modelo de adquisición desmedido impacta económicamente en contra de la población de menores ingresos y su patrimonio, así como en las unidades económicas de menor tamaño.
➜ Los más vulnerables
“En efecto, los procesos de consumo globalizado no sólo contribuyen al deterioro del medio ambiente por el uso energético requerido para el transporte, empaquetado, almacenamiento y distribución de las mercancías, sino que obstaculizan gravemente las posibilidades de producción, comercialización y venta de gran parte de las micro y pequeñas empresas, con excepción de las comercializadoras de los bienes importados. En términos de los hogares, la degradación del medio ambiente y el agotamiento de las riquezas naturales genera mayores impactos entre la población que no cuenta con las posibilidades económicas para enfrentar localmente tal degradación y por el aumento de precio de los recursos en proceso de agotamiento”, explicó.
De igual manera, consideró que tanto para las empresas como para los hogares se propicia un proceso de desplazamiento de población, dado el incremento de los riesgos de catástrofes derivadas del mal uso de las riquezas naturales, lo que a su vez implica la potencial pérdida del patrimonio de la población más vulnerable, según explicó Román Morales.
Entre algunas recomendaciones, el reporte destaca la importancia de avanzar en modificaciones legislativas y políticas públicas que favorezcan el tránsito hacia el consumo responsable al poner límites y responsabilidades a las grandes empresas. Un ejemplo de esto, considera que son las regulaciones y prohibiciones estatales y municipales de plásticos de un solo uso, así como los esfuerzos para que se modifique la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).