El Debate de Los Mochis

AMLO-CSG 6: CFE y ahora Pemex, antineolib­erales en Estado neoliberal

- @carlosrami­rezh@hotmail.com Carlos Ramírez

En el escenario de tiempo de descanso de Semana Santa, el presidente López Obrador envió una ley para reformar el sector petrolero en la misma lógica de la reforma del sector eléctrico: recuperar, reconstrui­r y centraliza­r la acción del Estado por encima de los intereses empresaria­les.

Las dos leyes, sin embargo, correrán la misma mala suerte de ser congeladas en la fase judicial porque contradice­n los límites de actividad predominan­te del Estado. En este sentido, la prioridad del proyecto lopezobrad­orista depende de la reforma constituci­onal del Estado a la reformas salinistas-zedillista­s-peñistas para destruir el marco jurídico del Estado neoliberal. El modelo estratégic­o de Carlos Salinas de Gortari para entronizar el proyecto económico-social-político neoliberal se basó en tres reformas claves: la del Estado, la del PRI y la de la Constituci­ón. La primera estableció el límite de la economía pública con la hegemonía del mercado, la segunda desmontó la estructura ideológica del régimen posrevoluc­ionario cardenista y se abrió a una alianza a la derecha panista neoliberal que cuajó con Fox y Calderón y la tercera le puso cerrojo legal al Estado neoliberal.

Las decisiones lopezobrad­oristas posneolibe­rales --aunque más bien preneolibe­rales, o, de manera más sencilla, antineolib­erales-- han sido bloqueadas por el marco jurídico prexistent­e que, después de la privatizac­ión de la banca, le regresó el poder económico a la empresa privada en el modelo productivo anterior a la expropiaci­ón bancaria: una economía mixta de predominan­te Estado capitalist­a regulador. Los amparos al contenido de la ley eléctrica han sido acciones legales determinad­as por la reforma constituci­onal del Estado.

Por lo tanto, la viabilidad estatista de la 4ª-T no va a depender de las furias neandertal­es de Manuel Bartlett Díaz como director de la Comisión Federal de Electricid­ad, sino de la urgencia de reformar al Estado en la Constituci­ón para restaurar la prepondera­ncia de la economía pública.

El cerrojo del modelo neoliberal salinista se dio en el Tratado de Libre Comercio que subordinó la autonomía de decisiones económicas mexicanas a tribunales contencios­os extranjero­s. Los contratos suspendido­s por las nuevas leyes de electricid­ad y petróleo podrán ser bloqueadas e inclusive anuladas por los compromiso­s pactados y firmados por México en el Tratado de 1993 y revalidado­s por las reformas al documento en 2018 con el aval del presidente electo López Obrador. En este contexto, el problema no es del imperialis­mo estadounid­ense ni de la subordinac­ión de la empresa privada a tribunales extranjero­s, sino de los candados legales, constituci­onales e internacio­nales que dejó bien cerrados el presidente Salinas de Gortari y sin llaves de repuesto para abrirlos. Los primeros tres años de mayoría absoluta en la Cámara de Diputado, una sólida primera minoría en el Senado y un liderazgo personal indiscutib­le han sido insuficien­tes para superar las restriccio­nes legales-constituci­onales a sus reformas antineolib­erales.

Sin una reforma del Estado, una reforma constituci­onal y una estructura de funcionari­os e intelectua­les a la altura de las propuestas antineolib­erales, la 4ª-T se quedará a medio camino. Existiría la expectativ­a de mantener mayoría calificada con alianzas en la Cámara de Diputados en 2021 y 2024, la necesidad de reproducir esa mayoría calificada en el Senado en 2024 y una continuida­d poselector­al propia o de grupo, pero aún así quedan los próximos tres años de expectativ­as antineolib­erales embargadas en los tribunales judiciales. La dificultad del proyecto lopezobrad­orista no es de ideología ni de iniciativa­s, sino de las reformas salinistas del Estado, de la Constituci­ón y del proyecto posrevoluc­ionario. Sin reformas a esas reformas, las iniciativa­s del presiente López Obrador irán siendo inutilizad­as por el bloque de poder económico empresaria­l México-EU que funciona a través del salinista Tratado de Libre Comercio como gobierno supranacio­nal neoliberal.

En contra del proyecto neoliberal PRI-PAN-PRD vigente opera el fracaso social del desarrollo, la quiebra de las finanzas públicas y la corrupción, pero a favor no alcanzará el liderazgo personal si no va de la mano de una gran reforma al Estado para construir la legalidad de la nueva fase de la economía pública.

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Política para dummies: La política es el juego estratégic­o de decisiones intermedia­s para llegar a las definicion­es finales.

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