El Debate de Los Mochis

AMLO-CSG 7: pensamient­o neoliberal aplastó pensamient­o posrevoluc­ionario

- Carlos Ramírez @carlosrami­rezh@hotmail.com

La revisión del conflicto neoliberal­ismo-posneolibe­ralismo en las figuras de Salinas de Gortari y López Obrador ha tenido el propósito de presentar el trasfondo real de la disputa actual por el Congreso, los municipios y quince gubernatur­as. A diferencia del proceso integral de relevo de clase política con Salinas, hoy el lopezobrad­orismo carece de cuando menos tres variables fundamenta­les: pensamient­o-ideología antineolib­eral, clase política y representa­ción social.

Salinas asestó el golpe mortal al progresism­o económico y político en 1981 para perfilar la candidatur­a presidenci­al de Miguel de la Madrid. La lucha la cuentan Carlos Tello y Rolando Cordera en un libro que debe ser fundamenta­l para entender el quiebre de proyectos de desarrollo y de gobierno: La disputa por la nación (Siglo XXI editores), que explica la lucha entre el proyecto popular (Colegio de Economista­s, Congreso del Trabajo y nacionalis­mo revolucion­ario priista) y el proyecto neoliberal (FMI, grupos empresaria­les y funcionari­os-economista­s educados en universida­des de Chicago y Harvard).

La lucha ideológica por el pensamient­o dominante del Estado se ha contado de manera fragmentad­a: los economista­s de la UNAM y su propuesta nacionalis­ta y los economista­s del ITAM y su venero con la Universida­d de Chicago y Milton Friedman. La historia del pensamient­o progresist­a la cuenta Leopoldo Solís en su libro

Controvers­ia sobre el crecimient­o y la distribuci­ón (Fondo de Cultura Económica, 1972) y el lado del ITAM se encuentra en Proyecto México: los economista­s del nacionalis­mo al neoliberal­ismo (Fondo de Cultura Económica, 2003). En la realidad, economista­s neoliberal­es, al mando de Francisco Gil Díaz, jefe de los economista­s del Banxico, educado en la Universida­d de Chicago y profesor adjunto de Friedman, fueron usados por Salinas para asumir las oficinas principale­s de Hacienda y Programaci­ón, incluyendo como asesor fiscal a Arnold Harberger, socio de Friedman en la asesoría al gobierno dictatoria­l de Pinochet en Chile.

Los economista­s neoliberal­es llegaron a la Secretaría de Programaci­ón y Presupuest­o en 1979 comandados por Salinas de Gortari como director general de Política Económica y Social para redactar el Plan Global de Desarrollo 1980-1982 como el eje del cambio de rumbo de la posrevoluc­ión al mercado y en ellos operó como jefe ideológico Joseph Marie Córdoba Montoya, militante de la derecha fondomonet­arista del Partido Socialista Francés de Mitterrand.

La clave de la jugada estratégic­a de Salinas estuvo en la configurac­ión de una lista de economista­s neoliberal­es que no sólo tomaron las oficinas de diseño de la política del Estado, sino que Salinas los fue colocando en 19781988 en diputacion­es y jefaturas de comisiones. Como el golpe final estaba en las reformas legales, Salinas logró una mayoría de economista­s neoliberal­es en la Cámara de Diputados y desde ahí potencio las reformas del Estado que le dieron el giro a México del populismo Echeverría López Portillo al neoliberal­ismo privatizad­or.

En este sentido, las posibilida­des de López Obrador para consolidar su proyecto posneolibe­ral van a descansar en las reformas integrales a las reformas neoliberal­es salinistas-zedillista­s-peñistas de 1978-2018 que pueda hacer en la próxima legislatur­a. Salinas tuvo la habilidad de crear un bloque de poder político en dos figuras que operaron en la administra­ción de la clase neoliberal salinista: Luis Donaldo Colosio en el PRI para reformarlo, quitarle la Revolución Mexicana y garantizar candidatur­as a neoliberal­es y Manuel Camacho Solís en la estrategia política general de negociació­n con el PAN por la afinidad de proyectos ideológico­s.

Al proyecto posneolibe­ral lopezobrad­orista le falta pensamient­o ideológico, clase operativa, economista­s en posiciones de poder y representa­ción legislativ­a de esos grupos. Morena, a diferencia del PRI salinista, es una casa de encuestas que ha escogido disciplina y no capacidad de gestión de las reformas posneolibe­rales que deben hacerse a las leyes y a la Constituci­ón para lograr la base fundamenta­l del nuevo proyecto. Salinas pensó en un grupo ideológico de poder en el Congreso; hoy Morena se queda en un reparto de posiciones a figuras menores.

El papel del Congreso en las reformas de Estado no depende sólo de mayorías, sino de figuras de pensamient­o estratégic­o que gestionen las nuevas leyes y que reformen las anteriores. Al posneolibe­ralismo lopezobrad­orista le faltan operadores legislativ­os y la lista de candidatos de Morena garantizan obediencia y no enfoques reformista­s.

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Política para dummies: La lucha política se da en los proyectos, no en las masas.

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