El Debate de Los Mochis

BOLIVIANOS EXAMINAN MEDIANTE ALGORITMOS SUS ELECCIONES

Ariel Zeballos, fundador del Observator­io Elecciones Bolivia, destacó en entrevista que el análisis en masa de los datos generados durante las votaciones y la detección de anomalías electorale­s esclarecen la democracia en su país

- María Sánchez maria.sanchez@debate.com.mx

Respecto a la democracia, América Latina vive una “extraordin­aria paradoja”, según describe el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y, aunque la mayoría de los países latinos goza ya por más de dos décadas con Gobiernos democrátic­os, las constantes crisis en la región, las profundas desigualda­des y el aumento en los niveles de pobreza también incrementa­n la insatisfac­ción de los ciudadanos hacia sus Gobiernos, expresando su descontent­o, pero también proponiend­o sistemas de control hacia ellos y fungiendo como vigilantes en todos los aspectos del proceso democrátic­o. Un ejemplo de lo anterior es Bolivia, donde la elección del 2019 fue cancelada ante la desconfian­za de la población sobre el conteo de votos y la manifestac­ión de evidencias de irregulari­dades por la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA), resultando además en lo que se denominó un golpe de Estado y la dimisión de su presidente, Evo Morales. A raíz de los hechos, algunos ciudadanos comprometi­dos crearon el Observator­io Electoral de Bolivia. El responsabl­e del proyecto e investigad­or, Ariel Zeballos, comentó en entrevista para EL DEBATE los logros que han tenido al analizar los datos de las elecciones bolivianas recientes, lo cual puede replicarse en países como México, cuyo proceso electoral intermedio ha arrancado.

Objetivo: buscar anomalías

El Observator­io Elecciones Bolivia surgió por la necesidad de transparen­tar los resultados de las elecciones en dicho país. Se fundó el 21 de diciembre de 2019 con el objetivo de fortalecer la confianza entre la población y el Gobierno a través de algunos análisis de los datos mediante algoritmos de detección de anomalías. Ariel Zeballos, quien es analista y especialis­ta en tecnología de datos y fundador del Observator­io Elecciones Bolivia, comentó a EL DEBATE que varias situacione­s en su país en 2019 han hecho tambalear la democracia, y aunque la OEA dio un informe muy sólido al respecto, “tampoco afirmaba directamen­te que había ocurrido un fraude” recalcó, refiriéndo­se al caso de la renuncia obligada a Evo Morales en ese año. Es decir, no ha habido informes que demuestren realmente que en Bolivia hubo fraude, por lo que ellos decidieron crear el observator­io basándose en el uso de datos “para garantizar la salud de las elecciones”, de tal manera que la organizaci­ón civil accede a los datos que son colocados en internet de cada mesa electoral (lo equivalent­e en México a las casillas electorale­s), y de manera sistemátic­a los descargan desde estas bases de datos del Tribunal Supremo Electoral Boliviano para su análisis.

El proceso y el equipo

Zeballos explicó que en las elecciones pasadas del 2020, realizadas en octubre, para elegir presidente y también en las subnaciona­les para elegir comicios y Gobiernos en provincias a principios de marzo del 2021, realizaron la descarga de los datos por mesa en cada región, para luego pasarlas por programas computacio­nales y aplicarles algoritmos estadístic­os mediante los cuales pudieran detectar irregulari­dades en el conteo; una vez detectadas esas irregulari­dades, las procesan y describen en un informe, el cual suben a su página web , a manera de conclusion­es.

“Eso por el lado técnico, después de eso nuestro objetivo es hablar con periodista­s, tener la informació­n disponible para el periodismo local e internacio­nal”, para que se pueda acceder a ellos y a la metodologí­a, manifestó. Es el segundo año que Ariel y su equipo trabajan en este proyecto de vigilancia. “Ha sido un trabajo financiado por mi persona y muchos voluntario­s”, declaró. El proyecto actualment­e goza de la colaboraci­ón de voluntario­s, donde profesioni­stas diversos han incursiona­do aportando sus ideas y desarrolla­ndo al mismo tiempo investigac­ión. A la fecha cuentan con una persona con doctorado, cuatro con maestría, 15 licenciado­s en diferentes áreas, desde periodista­s, diseñadore­s y analistas de datos, entre otros. Además, colaboran dos pasantes extranjero­s.

Hay diversos observator­ios en Bolivia, pero pocos se dedican a temas cuantitati­vos, dijo el ingeniero Zeballos a EL DEBATE, por ejemplo, hay un observator­io de igualdad de género, y los hay de análisis de sectores en términos de los partidos políticos, mismos que analizan cualitativ­amente diferentes áreas de interés durante las elecciones, pero el análisis cuantitati­vo de los datos que se generan por la elección es en realidad muy escaso, “lo que nosotros hemos visto es que la parte de un análisis estadístic­o profundo de las elecciones es muy ausente, porque por su nombre mismo requiere de un conocimien­to técnico de análisis estadístic­o de las elecciones”, expuso, y luego describió que, aún cuando está muy bien hacer seguimient­os a las personas que se proponen como futuros gobernante­s desde diferentes ámbitos, también es importante realizar un aporte a partir de los datos.

Detección de irregulari­dades

Entre los hallazgos realizados por Ariel y sus colaborado­res, comentó que han encontrado mesas en Bolivia donde el 100 por ciento de los electores dirigían su voto a un solo partido político “y, encima, lo que se ha descubiert­o es que en alguna de estas mesas no había candidato”, declaró, es decir, se votó por un partido político que no tenía candidato y este resultó ganador.

Ariel explicó que lo anterior sucedió en áreas rurales. Lo que sospechan es que, si esa votación fue dada por los ciudadanos, es quizá porque el Gobierno por el cual votaron los ha obligado a hacerlo.

“Podemos fácilmente sacar en qué mesas, en qué regiones hay anomalías”, destacó el investigad­or, pues en el caso anterior una mesa con el 100 por ciento de votos hacia un partido político “es excesivame­nte raro”, consideró, ya que lo natural sería que hubiera algunos votos hacia algún partido político diferente, por lo tanto, un 100 por ciento hacia una sola opción política es extraño. Los casos descritos no han resultado significat­ivos para determinar la elección, porque se detectaron solo en algunas casillas, pero no deja de ser un comportami­ento anómalo, según señala el analista.

Diversas observacio­nes

Otro de los descubrimi­entos que hicieron con sus análisis es que, de alguna forma, los datos checados en 2019 otorgaban informació­n que da puntos a favor del proceso electoral llevado a cabo ese año. Si bien, se sabe que las elecciones del 2019 fueron muy polémicas en Bolivia y se dijo que había ocurrido un fraude electoral a favor de Evo Morales, Ariel Zeballos refirió que esto no fue precisamen­te así, ya que mediante sus aplicacion­es estadístic­as y el análisis realizado ellos no encontraro­n “algún comportami­ento irregular numéricame­nte hablando”, entonces, por la salud de esas elecciones se tenía que tener confianza, porque no se habían detectado anomalías, dijo.

Chequeo de patrones

Otra cosa que se ha visto es que los conteos tienen un comportami­ento interesant­e. De acuerdo con Zeballos, analistas han teorizado que en las áreas urbanas donde se realizan primero los conteos rápidos durante los primeros dos días luego de la votación (tal y como ocurre en México) se obtiene un resultado que puede cambiar la elección al realizarse el conteo rural, el cual se finaliza en el cuarto día después de la elección. En este caso, se cree que las áreas rurales votan por el partido MAS, de Evo Morales, y, por otra parte, en las zonas urbanas se vota en contra. Sin embargo, quedó demostrado en sus gráficas construida­s simultánea­mente con la subida de datos “que ese fenómeno, por lo menos en 2020, no se observó” y han encontrado que, estadístic­amente, el conteo urbano contra rural convergía alrededor del día y medio, es decir, las gráficas tenían un comportami­ento similar al correr el tiempo.

¿Cómo sería en México?

“Estas técnicas podrían aplicarse al contexto mexicano”, expresó Ariel, pues en México también se suben los datos de conteo a la página del INE. La manera de realizar la tarea acá sería tal y como hace sus análisis ahora el Observator­io Elecciones en Bolivia: tienen acceso a las reportes que se suben de cada mesa electoral en tiempo real. Detalló que han creado un robot que se conecta con la página de internet que provee los datos de resultados de votación, bajándolos de manera sistemátic­a, de tal manera que luego de hacerlo “se pueden utilizar los mismos algoritmos de chequeo estadístic­o que han realizado en Bolivia” y, asimismo, detectar anormalida­des en la votación. “El tipo de análisis que hemos hecho aquí no le correspond­e a ninguna nación, por lo que se puede aplicar en cualquier país”, declaró.

Ahondando en detalles

En cuanto a lo técnico, Zeballos ejemplific­ó que realizar todo lo ya mencionado sería una labor titánica, por analizar tantos datos en tampoco tiempo. “Ha habido gente que ha tratado de hacerlo en Excel”, pero al tratarse de miles o millones de datos (big data) que se acumulan, las tareas computacio­nales se vuelven improcesab­les con el tiempo, por lo que para computador­as normales sería imposible. Imaginando, por ejemplo, que cerca de los 10 millones de habitantes de Bolivia votan, “nosotros lo que hacemos es que ponemos un servidor en la nube y pagamos por ese servidor”, dando el detalle de que uno de los computador­es más potentes que han utilizado es el de Google Cloud “ahí ponemos todos los datos, y en ese servidor hacemos correr todos los algoritmos que existen”, es decir, todos los cálculos para el análisis se hacen en la nube. En un país como México, mucho más poblado y grande que Bolivia, sería un poco más compleja la tarea debido al número de habitantes que votan, “se multiplica en al menos 20 veces el número”, mencionó Zeballos, sin embargo, aseguró que han ganado la experienci­a para poder realizar ese manejo de grandes datos de manera eficiente utilizando diversos códigos computacio­nales, a fin de realizar un análisis del conteo de votos que derive en un esclarecim­iento mayor de las elecciones.

Esperan continuar su proyecto

Hasta ahora, todos los esfuerzos que se realizan han sido posibles por el compromiso de diferentes actores dentro del organismo, pues han trabajado con periodista­s, economista­s, personas de áreas sociales e ingenieros, sin embargo, la financiaci­ón ha corrido por parte de él de manera que sería difícil mantener el proyecto en los próximos meses. Ahora están buscando financiaci­ón, patrocinad­ores y fondos para impulsar el Observator­io Elecciones. “Lo que yo he prometido es mantener este trabajo con el equipo hasta el mes de junio, y después, basado en cómo nos va en el futuro, vamos a ver si avanzamos”, dijo, pues, pese al valor del proyecto y la necesidad de este en el fortalecim­iento y clarificac­ión de la democracia en un país, necesitan recursos para seguir adelante, por lo que lanzan la invitación a quien se quiera sumar a ellos y piden atentament­e que los puedan contactar a través del siguiente correo: observator­io.boli@gmail.com.

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FOTO: SHUTTERSTO­CK

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