Dos opiniones contrarias
Como si estuviéramos en el mero comienzo de la humanidad, estamos viendo el extraño espectáculo de aspecto conflictivo que pretende definir qué es la mujer, debido a las perversas ideologías revolucionarias que el judaísmo ha venido difundiendo intensivamente. El papa Juan Pablo II dice: “¿Cómo no ver la importancia del genio femenino?”. En la primera educación, dentro de la familia, resulta incluso indispensable. Su influjo “educativo” comienza cuando el niño aún está en el seno materno. Pero no menos importante es el papel de la mujer en las demás fases del periodo formativo. La mujer tiene una singular capacidad para mirar a la persona concreta, capta sus exigencias y necesidades con intuición particular y sabe afrontar los problemas con gran participación...” Por otro lado, Salvador Abascal dice: “Públicamente
Cárdenas le pide al Congreso que se instituya el voto de la mujer, que porque dedicada sólo al hogar, dice él, la mujer es una peligrosa influencia retrógrada. Por ese y otros medios ha logrado la
Revolución lanzar a la mujer fuera del hogar y ciertamente ya no es ella lo que era: la mantenedora en el hogar del fuego sagrado de la Religión y de todas las virtudes...”. Lázaro Cárdenas declaraba que “las tonterías religiosas” que ellas enseñan a los niños estorban mucho a la revolución y que, en cambio, pueden ser más productivas en el trabajo y, efectivamente, las echó a la calle como revolucionarias, lo cual están ellas resintiendo ahora en que muchas de ellas han caído en las garras del “feminismo”, sin darse cuenta de que está contra ellas y las está deformando y degradando.