El Debate de Los Mochis

¡AMLO ya huele la derrota!

- Ricardo Alemán itinpol@yahoo.com.mx

Ya llegó a Palacio el olor de la derrota.

Y el primero en percibirlo es el “rey de Palacio”, como ya motejan muchos ciudadanos a López Obrador.

Por eso, el pasado lunes 12 de abril, el propio presidente dijo, palabras más palabras menos, que si los opositores le arrebatan a su partido la mayoría en la Cámara de Diputados, no le podrán imponer el presupuest­o al presidente.

¿Por qué?

Porque según López, el Ejecutivo federal tiene la facultad de vetar el presupuest­o que aprueben los legislador­es.

Es decir, Obrador confirma su talante dictatoria­l y reafirma que solo busca el control del presupuest­o para el manejo clientelar; para regalar dinero a cambio de popularida­d, de votos, de aplausos y, sobre todo, para avanzar en su dictadura.

Así lo dijo, de manera textual: “No hay ningún problema si nuestros opositores ganan, si el pueblo así lo decide… y hasta dicen que si tienen mayoría en el Congreso nos van a quitar el presupuest­o, pero no está tan fácil; namás (sic) les recuerdo que el Ejecutivo tiene la facultad de veto y es una facultad legal…”.

Como queda claro, López Obrador no solo pretende “curarse en salud” con esa declaració­n –lo que confirma que el tufo de la derrota electoral del próximo 6 de junio ya llegó a Palacio y, sobre todo, lo olfatea el presidente–, sino que López amenaza con imponer su “santa voluntad”, a pesar de lo que digan los contrapeso­s.

Y es que, en el fondo, la advertenci­a de Obrador va mucho más lejos.

¿Por qué?

Porque detrás del temor real a la derrota, en realidad el mandatario vuelve a meter las manos, de manera ilegal, en el proceso electoral del próximo 6 de junio.

Y es que, nos guste o no, el mensaje que manda López es de una potente fuerza electoral.

Les dice a los electores, entre líneas, que votar contra Morena es votar contra los programas sociales, contra el regalo de dinero, contra la dádiva clientelar y electorera

Pero lo que López no le dice a su clientela es que de seguir la ruta del populismo y de continuar la debacle económica, el problema no será la mayoría opositora en el Congreso –específica­mente en la Cámara de Diputados--, sino que no habrá dinero y no existirá recaudació­n capaz de soportar el regalar de recursos públicos a los millones de clientes de AMLO.

Por lo pronto, mientras llega el momento de “los bolsillos vacíos”, el dictador López Obrador y sus lacayos en el Senado de la República –sobre todo ese mal mexicano llamado Ricardo Monreal–, preparan un paso decisivo para la consolidac­ión de la dictadura de AMLO.

En efecto, mientras que el gobierno de Obrador distrae la atención pública con sus “fusilamien­tos mañaneros”, mientras pelea con Carlos Loret, mientras distrae con el logotipo del aeropuerto, mientras “deshoja la margarita” para decidir si se vacuna o no, sus estrategas preparan las armas con las que defenderá su dictadura.

¿Y cuáles son esas armas?

Poca cosa.

A partir de las próximas horas, la mayoría de Morena y sus aliados en el Senado de la República aprobarán una iniciativa de ley que obligará a los usuarios de la telefonía celular –a todos los mexicanos–, a entregar sus datos biométrico­s al gobierno. Es decir, que todo aquel usuario de un teléfono celular –todos los mexicanos–, deberá entregar toda la informació­n personal al gobierno de AMLO, incluidas las huellas digitales.

¿Y eso para qué?

Para que la dictadura de Obrador –igual que hacen las dictaduras cubana y venezolana, entre otras–, tengan el control de la vida de las personas.

Y claro, de lo que se trata es de tener el control de los datos personales de todos los mexicanos para perseguir a los opositores, a los críticos y a los disidentes.

¿Era o no López Obrador un peligro para México y los mexicanos?

Al tiempo.

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