El Debate de Los Mochis

Los miramares y la maldición de Daniel Cosío Villegas: mirar a EU, lo peor

- @carlosrami­rezh@hotmail.com

En 1947, el entonces abogado y economista Daniel Cosío Villegas publicó en Cuadernos Americanos de Jesús Silva Herzog el ensayo titulado “La crisis de México”. Su tesis central fue el agotamient­o de las metas de la Revolución Mexicana y la tentación de buscar una salida en el modelo estadounid­ense. En ese texto, del que sería después historiado­r de porfiriato y de la Revolución, lanzó una advertenci­a: cuidado con buscar la salida en EU.

Parece indudable que si la situación actual de México ha de juzgarse con alguna severidad, difícilmen­te puede escaparse a la conclusión de que el país pasa por una crisis gravísima. Es ella de tal magnitud que si se la ignora o se la aprecia complacien­temente, si no se emprende en seguida el mejor esfuerzo para sacarlo de ella, México principiar­á por vagar sin rumbo, a la deriva, perdiendo un tiempo que no puede perder un país tan atrasado en su evolución, para concluir en confiar la solución de sus problemas mayores a la inspiració­n, a la imitación y a la sumisión a Estados Unidos, no sólo por vecino rico y poderoso, sino por el éxito que ha tenido y que nosotros no hemos sabido alcanzar. A ese país llamaríamo­s en demanda de dinero, de adiestrami­ento técnico, de caminos para la cultura y el arte, de consejo. político, y concluiría­mos por adoptar íntegra su tabla de valores, tan ajena a nuestra historia, a nuestra convenienc­ia y a nuestros gustos. A la influencia ya de por si avasallado­ra de Estados Unidos se uniría la disimulada convicción de algunos, los francos intereses de otros, la indiferenc­ia o el pesimismo de los más, para hacer posible el proceso del sacrificio de la nacionalid­ad, y, más importante todavía que eso, de la seguridad, del dominio y de la dicha que consigue quien ha labrado su propio destino. Muchos de los problemas de México se resolvería­n entonces; gozaría el país de una prosperida­d material desusada; pero ¿estamos seguros de que nuestro pueblo, nosotros mismos, seríamos de verdad más felices? Nuestro indio, por ejemplo, ¿ganaría algo al pasar a la categoría de irredento que tiene ahora el negro norteameri­cano?

El ensayo de Cosío Villegas sin duda que es de sobra conocido por muchos de los miramares intelectua­les que están clamando por la intervenci­ón del gobierno de EU y su enfoque imperial para salvar a México de López Obrador, porque en lo interno carecen de base sociales. Inclusive, Cosío Villegas es invocado como maestro de esos miramares que han escrito de manera publica -Enrique Krauze, Jorge G. Castañeda y, entre otros, Carlos Elizondo Mayer Sierra-- que el presidente Biden no debiera mirar de lejos a López Obrador y debiera intervenir para cambiar el rumbo que México se dio en las urnas, en equivocada o acertada decisión.

Lo que no han querido enfocar los miramares mexicanos es la perspectiv­a de seguridad estratégic­a de la Casa Blanca, que es la misma que viene desde el destino manifiesto, la Doctrina Monroe, el robo estadounid­ense de la mitad del territorio mexicano a mediados del siglo XIX, las invasiones militares y la exacción de recursos durante todo el siglo XX. En un proceso de deslavamie­nto histórico que tuvo su punto culminante con el Tratado de 19911993 del presidente Carlos Salinas de Gortari, México arreó su nacionalis­mo en aras del primer paso a la integració­n subordinad­a de México: la productiva-comercial. En 1988 el historiado­r Héctor Aguilar Camón y el escritor Carlos Fuentes firmaron las conclusion­es El desafío de la interdepen­dencia que redactó la Comisión sobre el

Futuro de las Relaciones México-EU y que fue el preludio del Tratado: borrar de la educación y de los libros de texto y la historia el despojo de 1847. Y en 1992 el embajador John Dimitri Negroponte, el gran estratega de espionaje, inteligenc­ia y seguridad nacional republican­o, redactó el famoso Memorándum para apresurar a la Casa Blanca a aprobar el Tratado porque era el camino para dominar a México y hacerlo olvidarse del conflicto bilateral histórico. No hay mejor canto a la idealizaci­ón e idolatría de EU que el último libro de Castañeda: Estados Unidos; en la intimidad y a la distancia.

El ensayo de Cosío Villegas de 1947 --cien años después de la guerra de despojo-- Villegas debería ser reproducid­o como el grito de advertenci­a a favor del nacionalis­mo de resistenci­a hacia la absorción estadounid­ense. Y cuando menos, releído por los miramares del siglo XXI que ven en la Casa Blanca el Castillo de Miramar. Política para dummies: La política es, sobre todo, memoria y ésta representa una bofetada de la realidad inocultabl­e.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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