NO EXISTE UN DIAGNÓSTICO EFECTIVO DEL CRIMEN EN MÉXICO POR FALTA DE DENUNCIAS
Socorro Flores Gutiérrez, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), resaltó que menos del 10 por ciento de los delitos son denunciados, lo que provoca vacíos de información
En México, el 92.4 por ciento de los delitos no son denunciados, principalmente porque se considera la denuncia como una pérdida de tiempo o porque se tiene desconfianza de la autoridad, lo que ocasiona vacío de datos al tener menos del 10 por ciento del total disponibles en cifras oficiales, afirmó Socorro Flores Gutiérrez, con datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), del Inegi.
La académica de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) resaltó que, en términos generales, podría decirse que el delito más frecuente es el que ocurre en la calle, “el delito callejero y este tipo de delito que tiene la cualidad de ocurrir en el espacio público, es al que nos vemos más expuestos. En este contexto, tenemos el vacío de datos en la escala humana, porque solamente el 10 por ciento se denuncia y es ahí donde tenemos vacíos de información”, señaló. Para la especialista, en la medida en que se pueda hacer un buen diagnóstico, se tendrá la posibilidad de ofrecer algún tipo de solución. En este sentido, añadió que la falta de denuncia ciudadana provoca que no exista un diagnóstico efectivo del crimen en México y, por consiguiente, la propuesta de solución sea muy pobre.
Diagnóstico geoespacial
En su ponencia “Análisis geoespacial del crimen en México”, la colaboradora del Laboratorio de Análisis Socioterritorial de ese campus abundó que, si bien la Ciudad de México es la única entidad que cuenta con un Portal de Datos Abiertos, con fechas, hora, tipo y categoría de delito, agencia, ocurrencia y las coordenadas geográficas como latitud y longitud, modelos de prevención de agresiones y estrategias para atender las causas sociales; existe, insistió, un “vacío de información en la escala local y humana”, por lo cual, para contrarrestarlo, debe tenerse un buen dictamen del problema para ofrecer algún tipo de solución.
Criminología ambiental
La colaboradora del Laboratorio de Análisis Socioterritorial de la Universidad Autónoma Metropolitana calificó la criminología ambiental como el lugar geográfico donde ocurre un delito, porque estudia especialmente los ocurridos en espacios públicos.
En este sentido, dijo que la geovisualización de datos ayuda a analizar y comprender cómo se desarrollan estas conductas, a fin de encontrar lugares específicos, horarios, rutinas y “claro que tendría que ir encaminada a la prevención situacional”.
En la criminología ambiental, explicó, el lugar juega un papel importante en la ocurrencia de cualquier delito, ya que las “oportunidades” para delinquir en lugares y momentos son muy específicas.
“No se puede separar el estudio del espacio sin el tiempo, las circunstancias para la fechoría dependen de los patrones de actividad de la vida diaria, es decir, infractores y objetivos se desplazan al trabajo, escuela o a centros de ocio y del mismo modo lo hacen las oportunidades, dado que la vulneración produce incidencias para otros grupos”.
A su vez, resaltó que hay diferentes modelos de prevención del delito: la prevención social y la prevención situacional. La primera tiene que ver con las estrategias de la parte social, donde nos desarrollamos, la prevención comunitaria, donde el riesgo de ser víctima es alto; mientras que la prevención situacional se refiere a la criminología ambiental, donde intervienen factores como el alumbrado público y otras intervenciones urbanas localizadas.
«En la medida en que podamos hacer un buen diagnóstico, podremos estar en posibilidad de ofrecer algún tipo de solución»
La vida, los hechos sociales se desarrollan bajo un contexto espaciotemporal. En términos de inseguridad, puede ser oficial
o perceptivo» «El delito más frecuente es el que ocurre en la calle, es al que nos vemos más expuestos, y solamente el 10 por ciento se denuncia. Es ahí donde tenemos vacíos de información».
Percepción de seguridad
De acuerdo con Socorro Flores Gutiérrez, el sentimiento de inseguridad y el miedo al delito, recalcó en su ponencia, afecta la calidad de vida de las personas, puesto que se asocia con estimaciones personales, es decir, con sus propias características de género, edad y otras características que ubican al ciudadano en un papel de vulnerabilidad, donde este sentimiento de inseguridad tiene que ver con el contacto o acceso que tienen con los medios de comunicación, “hay gente que se puede alarmar de las noticias que son expuestas, incluso con el rumor urbano, pero que ciertamente no sabemos si son verdad, y para eso hay ciertas herramientas para captar el miedo al delito. Uno de ellos son las encuestas de victimización de inseguridad. En México, esta encuesta tiene datos a nivel estatal y nacional”, sostuvo.
Aunque en términos generales, las conductas delictivas más frecuentes a nivel nacional son las que acontecen en la calle, dijo, en el espacio público la percepción de la inseguridad y el temor a ser víctimas “se han trabajado poco y son algunas de las tareas pendientes que nos quedan como geógrafos”. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), en 2020, se denunció el 10.1 por ciento de los delitos. De ellos, el Ministerio Público inició una carpeta de investigación en 66.9 por ciento de los casos, tal como lo menciona la catedrática de la Universidad Autónoma Metropolitana en su conferencia.
Durante 2020, se denunció e inició una carpeta de investigación en 6.7 por ciento del total de delitos. En el 93.3 por ciento de delitos no hubo denuncia o no se inició una carpeta de investigación.
La Envipe señala que, del total de carpetas de investigación iniciadas por el Ministerio Público, en 48.4 por ciento de los casos no pasó nada o no se continuó con la investigación. Entre las razones de las víctimas para no denunciar delitos ante las autoridades destacan la pérdida de tiempo, con 33.9 por ciento, y desconfianza en la autoridad, con 14.2 por ciento, las cuales responden a causas atribuibles a la autoridad.