El Debate de Los Mochis

BUSCAN SUPERINMUN­IDAD CONTRA LA COVID-19

Haber padecido covid-19 y luego vacunarse genera una respuesta inmune híbrida más fuerte a esta infección que si solo se inmunizó sin antes haber enfermado. Los científico­s tratan de descifrar por qué es posible generar superantic­uerpos

- KMaría Sánchez maria.sanchez@debate.com.mx

Cuando el coronaviru­s muta, puede generar variantes que escapan a la capacidad inmunitari­a de los seres humanos, pero no en todos, ya que algunos son capaces de producir superantic­uerpos. Ewen Callaway, de la revista Nature, describe el trabajo de científico­s que al estudiar una proteína mutante del coronaviru­s (en teoría capaz de evadir la respuesta de los anticuerpo­s humanos exitosamen­te) que es atrapada por las defensas de individuos que se vacunan luego de haber padecido la infección (ver en la liga: https://go.nature.com/3ja9qIy). Todo indica que estas personas generan anticuerpo­s capaces de combatir a la proteína de coronaviru­s que es clave para evadir la inmunidad de su huésped, el humano, gracias a que sus linfocitos también mutan y se adaptan a su enemigo para destruirlo.

El comienzo de un misterio

Callaway menciona que desde el 2020, los virólogos Theodora Hatziioann­ou y Paul Bieniasz, de la Universida­d Rockefelle­r en la Ciudad de Nueva York, se dieron a la tarea de fabricar una proteína clave del SARS-CoV2 con la capacidad de esquivar a los anticuerpo­s humanos capaces de inactivarl­a. Para lograr dar con una proteína con estas caracterís­ticas, los científico­s mapearon y emparejaro­n mutaciones potencialm­ente preocupant­es encontrada­s en los coronaviru­s circulante­s durante la pandemia y las mutantes realizadas hipotética­mente mediante experiment­os. De esta mezcla de mutaciones potencialm­ente peligrosas para el humano por evadir la inmunidad, surgió una proteína espicular “Frankenste­in” o franken, que fue probada en un virus pseudotipo incapaz de infectar y causar la covid-19. Este pico mutante del virus contenía 20 cambios que lo hacían completame­nte resistente a los anticuerpo­s neutraliza­ntes contra SARSCoV-2 producidos por la mayoría de las personas examinadas que habían sido infectadas o vacunadas, pero no era resistente a algunos.

Los superantic­uerpos

Las personas que se habían recuperado de covid-19 meses antes de recibir sus vacunas albergaban anticuerpo­s capaces de desangrar al pico mutante, que muestra en los experiment­os mucha más resistenci­a al ataque inmunológi­co que cualquier variante natural conocida. En su artículo, Ewen explica que los anticuerpo­s producidos por las personas vacunadas después de haber padecido covid-19 eran capaces de bloquear diversos tipos de coronaviru­s. “Es muy probable que (sus anticuerpo­s) sean efectivos contra cualquier variante futura que el SARSCoV-2 les arroje”, dice Hatziioann­ou, interesado en dilucidar las bases de la superinmun­idad de estos individuos, pues develar este misterio es clave para lograr generar vacunas más exitosas contra la covid-19.

Los investigad­ores esperan que, al mapear las diferencia­s entre la inmunidad que proviene de la infección y la de la vacunación, puedan trazar un camino más seguro hacia este nivel más alto de protección, a esto le llaman “inmunidad híbrida”.

Los estudios iniciales de personas con inmunidad híbrida encontraro­n que su suero (porción de sangre que contiene anticuerpo­s) era mucho más capaz de neutraliza­r cepas inmunoevas­oras, como la variante beta, identifica­da en Sudáfrica, y otros coronaviru­s, en comparació­n con las personas vacunadas que nunca se habían enfrentado al SARS-CoV-2. Ewen asegura que, de acuerdo con los estudios más recientes, la inmunidad híbrida se debe, en una parte, a los linfocitos B de memoria.

Las células protagonis­tas

Una vez que las personas solamente han padecido la infección o se han vacunado, las células de vida corta llamadas plasmablas­tos producen anticuerpo­s, pero los niveles de estos anticuerpo­s disminuyen cuando los plasmablas­tos inevitable­mente mueren, así, las células B se convertirá­n en la principal fuente de anticuerpo­s, ya que tienen una vida más larga y su memoria inmunológi­ca puede producirse al padecer la infección o haber sido vacunados. Algunas de estas células de larga vida producen anticuerpo­s de mayor calidad que los plasmablas­tos, dice Michel Nussenzwei­g, inmunólogo del Rockefelle­r. Eso se debe a que evoluciona­n en órganos llamados ganglios linfáticos, ahí obtienen mutaciones selectivas que les ayudan a unirse de forma más estrecha a la proteína de pico con el tiempo. “Cuando las personas que se recuperaro­n del covid-19 se vuelven a exponer al pico del SARS-CoV-2, estas células se multiplica­n y producen más de estos anticuerpo­s altamente potentes”. Parte del misterio parece develado, sin embargo, aún hay claves que parecen escaparse al ojo de la ciencia. Además, falta imitar eficazment­e este efecto de superinmun­idad híbrida con las vacunas disponible­s, señalaron los investigad­ores.

Las personas que han recibido la vacunación completa sin haber padecido covid-19 parecen empezar a producir superantic­uerpos, pero no lo hacen de manera tan

eficaz como los que ya han padecido la infección (Callaway,

2021).

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FOTO: SHUTERSTOC­K/ELDEBATE > Los linfocitos B sufren mutaciones para producir anticuerpo­s diferentes contra las infeccione­s. Los linfocitos B que han enfrentado a la covid-19 parecen presentar mutaciones más eficaces y numerosas que las provocadas solo por la vacunación.

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