Se le acabó la química al Químico
El martes de esta semana el Sr. gobernador Rubén Rocha Moya y su secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázares, anunciaron la destitución del Químico Benítez como secretario de Turismo para que enfrente “sin fuero” su proceso judicial por las irregularidades señaladas por la Auditoría Superior del Estado que corresponden al período cuando el Químico era alcalde de Mazatlán.
Durante su administración municipal se firmó un contrato sin realizar los debidos procesos de transparencia y sin ningún tipo de licitación pública, por adjudicación directa por más de 400 millones de pesos, para la compra de 2,139 luminarias a la empresa Azteca Lighting. La Auditoría Superior denunció al Químico Benítez ante la Fiscalía del Estado por un daño patrimonial por 60 millones 880 mil 730 pesos. Todo indica que el “desafuero del “Químico” podría seguir un proceso muy similar al de Ferreiro en el Congreso, y de comprobarse estos presuntos delitos ambos políticos podrían ir a la cárcel; además de quedar inhabilitados por años para ejercer algún cargo en el sector público.
El 25 de octubre del año pasado el Sr. gobernador realizó una jugada estratégica que a tres meses de distancia termina confirmando la experiencia del gobernador Rubén Rocha, y es que el municipio de Mazatlán se encontraba empantanado con un alcalde que ya no gobernaba y que difícilmente se iba a poder concentrar en servirle a los mazatlecos, ya que todo su tiempo y equipo de confianza se encontraban ocupados en defenderse de los señalamientos de corrupción en lugar de trabajar para Mazatlán. Así que ese día el gobernador decide invitar a su gabinete al Químico como secretario de Turismo estatal. Esto le generó críticas al Sr. gobernador, sin embargo, el jefe del Ejecutivo estatal prefirió darle un respiro a Mazatlán para que los mazatlecos tuvieran un alcalde que se enfocara en el municipio y no en su propia defensa. Muy similar el caso de Estrada Ferreiro en Culiacán; finalmente el gobernador optó por ser criticado pero velando por los intereses del sur del estado; con mucho “colmillo” destraba el encono en Mazatlán y a menos de 100 días apegándose a la ley y la justicia “desafuera” al Químico, dejando en claro que en su gobierno no habrá impunidad, incluso en los integrantes de su propio partido.
Ahora se dicen “perseguidos políticos por el gobernador”, pero ojo, un perseguido político implica la fabricación de un delito y en este caso son las acciones de ellos mismos las cuales los han puesto en el patíbulo judicial o al menos en el escarnio ciudadano, como ya se hizo sentir con el abucheo al Químico Benítez en el estadio de beisbol en Mazatlán, y esa vox populi nadie la puede negar. Este proceso dependerá de la ASE, la Fiscalía, el Congreso y el tribunal; y de comprobarse estos delitos, yo celebro que ante alcaldes iguales a los anteriores del PRIAN, hoy tengamos un gobernador diferente. Bien por el gobernador Rubén Rocha Moya, que a diferencia de los anteriores gobernadores, no está metiendo las manos para proteger a nadie y a la vez sienta un precedente de que se terminó la era de la impunidad para alcaldes por la corrupta complicidad con el gobernador. Enhorabuena para Sinaloa tener un gobernador diferente.