Los tres niveles de gobierno se tardan en definir un plan de recuperación para Culiacán
Los indicadores son claros: los hechos violentos suscitados el 5 de febrero por la detención de Ovidio N siguen inhibiendo la economía de Culiacán. La capital sinaloense urge de un plan de reactivación y recuperación de la confianza social.
LOS DAÑOS ECONÓMICOS provocados por el “jueves negro” en la ciudad alcanzaron los 450 millones de pesos, solo durante el Día de Reyes. Ahora está por cuantificarse las pérdidas durante el 14 de febrero, fecha que tradicionalmente generaba un aumento en las compras y la demanda de servicio. Este febrero del 2023 ha sido diferente, hay un desánimo entre los consumidores acentuado por un poco flujo de personas provenientes de los municipios y sindicaturas vecinas durante los fines de semana. En medio de este panorama, las prospecciones económicas del sector restaurantero y de comercio no son las mejores.
EN LA ZONA COMERCIAL del centro de Culiacán se nota un aumento en la presencia de patrullas de seguridad. Día y noche, grupos de agentes de la Policía Municipal, de la Guardia Nacional y el Ejército hacen presencia en las calles de la zona centro. Es algo a lo cual, los ciudadanos tendrán que acostumbrarse, pero que a juicio de la líder de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Laura Guzmán Torróntegui, no ayuda mucho. Lo que verdaderamente necesita la capital sinaloense es un plan integral de reactivación económica en la que se incentive la economía y se recupere la confianza de los ciudadanos de que Culiacán es una ciudad segura.