El caso Juárez
Por la proximidad del 21 de marzo, fecha del llamado oficialmente “natalicio del benemérito” Benito Juárez, inicio ahora una serie de artículos dominicales con la precisa intención de refutar la nefasta y degradante mitología masónica oficial con que han adorado el nombre de tan execrable traidor a la patria. Como ejemplo de ese desacato a la verdad de la historia cito aquí el caso concreto del libro Juárez, el republicano, escrito por Josefina Zoraida Vázquez y editado por la Secretaría de Educación Pública y el Colegio de México, por encargo de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos para ser distribuidos a los maestros y alumnos de educación básica en el ciclo escolar “Benito Juárez 20052006”. Al final de una dedicatoria en la contraportada del libro dice: “Querido niño, querida niña: ..... ”Al leer Juárez, el republicano, conocerás la vida y ejemplo del hombre que dio su vida, su emoción, conocimientos y trabajo por este país nuestro en el que vives y en el que serás cada día mejor”.
Así pues, el Gobierno está poniendo de modelo a Juárez ante los niños, las niñas y los maestros para que traten de imitarlo, ocultando perversamente su condición de enfermo mental ambicioso megalómano incurable, traidor, asesino, masón fanático, anticatólico, que se convirtió en dócil ejecutor de las conquistas de los Estados Unidos y su dominio en México, que lo instalaron en la Presidencia convertido en dictador permanente durante 15 años. Ignacio Ramírez dijo que Juárez fue quien introdujo el fraude electoral en México. A pesar de todo eso, nuestros políticos que ejercen puestos de autoridad lo elogian cada 21 de marzo con discursos emotivos en ceremonias oficiales y depositan flores en la base de los múltiples monumentos que le han erigido, además de poner su nombre en calles, plazas, mercados, ejidos, ciudades, pueblos, etc.
Varios escritores han revelado su infamia con detallados testimonios y documentos que en realidad pasan desapercibidos en parte porque el gobierno no permite su enseñanza a los maestros de las escuelas. Es así como se pervierte el concepto de que la historia es buena maestra, porque nuestra historia “oficial” está plagada de mentiras y omisiones deliberadas, en aras de la preservación y de la continuidad de las “luces” masónicas revolucionarias liberales que nos dejó el juarismo, con el poderoso apoyo de los Estados Unidos, infalible sostén de nuestro sistema político, que no es mexicano, aunque lo parezca.