Y los residuos sólidos urbanos de Sinaloa ¿dónde están?
Anivel mundial y local la incorrecta disposición final de la basura es un problema medioambiental grave. En el mundo, el sector de los residuos y los desechos sólidos son una de las principales fuentes de la generación de emisión de gases contaminantes por el alto contenido de materia orgánica que contienen. De manera local, los tiraderos a cielo abierto afectan directamente la salud humana, los medios de subsistencia, el medio ambiente en general y la prosperidad. Sinaloa no es la excepción de esta crisis sanitaria, en nuestro estado solo cuatro municipios “cumplen” con la normatividad en sus rellenos sanitarios: Ahome, Culiacán, Navolato y Guasave. Cabe destacar que los rellenos sanitarios en otros países ya es infraestructura obsoleta; sin embargo, en Sinaloa ni a eso llegamos. En la mayoría de los municipios se cuenta con vertederos al aire libre y en otros, en el mejor de los casos, tienen espacios donde la basura se deja en un hoyo y se aplasta con maquinaria, carecen de una geomembrana. Los residuos que se depositan en estos basurones provocan descargas liquidas, lixiviados, que contaminan el suelo y los cuerpos de agua. Contienen además residuos de metales que afectan a las especies vegetales, alterando su ciclo de vida; mientras que la basura que llega a ríos, arroyos y al océano son los causantes de la contaminación de los ecosistemas marinos. Del reciclaje ni hablamos, el porcentaje es mínimo. Por si fuera poco, sumado a estas prácticas que realizan las autoridades incumpliendo la normativa, se encuentra la apatía de los ciudadanos que llenan caminos vecinales de desechos y que queman intencionalmente los residuos para reducir su volumen. En 2003 surgió en México la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, sus instrumentos legales y programas no han servido para frenar el crecimiento en la disposición inadecuada de la basura. En Sinaloa en promedio se generan más de 3 mil toneladas de basura al día y poco más de un kilogramo por persona. Ha existido voluntad por algunas administraciones municipales para la construcción de rellenos sanitarios, incluso en la región del Évora se tenía proyectado uno regional que brindaría el servicio a Salvador Alvarado, Mocorito y Angostura; sin embargo, la limitante de recursos públicos y la falta de continuidad en este tipo de obras esenciales son el principal impedimento. Como sociedad no hemos dimensionado el impacto de estos temas en nuestra salud y en la de la naturaleza, no hemos sabido exigir a los tomadores de decisiones las prioridades que como pueblo nos corresponden. Es indignante y triste que en el discurso de las candidatas y candidatos a los puestos de elección popular no exista una línea clara y precisa para atender el rezago del manejo de la basura. Pareciera que a nadie le interesa entrarle, a sabiendas que está en juego la salud, la productividad y la seguridad alimentaria de las familias sinaloenses. Hace mucha falta informarse y sensibilizarse, escuchar a académicos, investigadores y expertos para concretar un plan transexenal que permita ir solucionando al menos por etapas esta situación que, sumada a la falta de educación ambiental, nos coloca en gran desventaja en la lucha contra el cambio climático. Necesitamos impulsar el reciclaje, revalorizar la basura que generamos, porque si la separamos se convierte en materiales con un valor económico. Invito a los aspirantes a representarnos en las alcaldías, en los congresos locales, en el Senado y en la Cámara de Diputados por Sinaloa, a tomar acción, es un problema de todos y que necesita la colaboración conjunta antes de que nos ahoguemos en nuestra propia basura.