¿Cuál alerta máxima?
Sinaloa se mantiene en semáforo rojo por la pandemia de COVID19, que ya ha generado 26 mil 648 muertes en el país. Eso significa que la entidad se encuentra en alerta sanitaria máxima. En teoría, las autoridades civiles de Sinaloa deberían permitir únicamente las actividades económicas esenciales y que las personas puedan salir a caminar alrededor de sus domicilios durante el día. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Mazatlán vive una reactivación económica en pleno, aun sin haber logrado aplanar de manera sostenida la curva de contagios y muertes. Hay negocios con la venta de productos esenciales y no esenciales abiertos, una movilidad social sin restricciones, con empresas que trabajan al 30 por ciento en el servicio de los clientes y un libre acceso a los espacios públicos abiertos, como el malecón. Es decir, desde hace una semana se aplican criterios que le corresponden a ciudades en semáforo amarillo. El Gobierno del Estado tampoco esperó a disminuir la incidencia de contagios y muertes para fijar al 1 de julio como fecha oficial de reapertura en hoteles, restaurantes y playas. ¿Se está actuando con negligencia? El tiempo lo dirá en un corto plazo. Lo que sí es que el Gobierno estatal, que encabeza el mazatleco Quirino Ordaz Coppel, se ha mostrado más preocupado por establecer estrategias económicas que permitan recuperar la actividad turística en la entidad, antes que frenar la pérdida de vidas humanas replanteando los operativos preventivos. No es ninguna exageración. Ahí están las protestas del personal médico del IMSS por las condiciones desventajosas en las que enfrentan la pandemia del coronavirus. Sin material preventivo ni personal suficiente, los trabajadores de la salud han pagado una cara cuota por estar al frente de la lucha: mil 948 se han enfermado de COVID-19 y 15 han muerto por la misma causa.