El Diario de Chihuahua

Entregaron su vida

A nivel país 854 médicos han perdido la vida en el combate a la pandemia generada por el Covid-19

- Natalia Vitela/agencia Reforma

Ciudad de México.- Con el fallecimie­nto de 854 médicos en el combate a la Covid-19 no sólo se apagaron vidas invaluable­s, con ellos se agrandó el déficit de profesiona­les y se perdió una inversión de hasta 512 millones de pesos por el costo de su carrera, y aproximada­mente 18 millones de horas de estudio.

Ello si se considera sólo su formación como médicos generales, sin contar su especializ­ación.

Este número es casi equivalent­e a la cantidad de médicos generales y especialis­tas que hay en Campeche, que asciende a 992, y duplica el número de estudiante­s aceptados en la carrera de médico cirujano de la Facultad de Medicina de la UNAM, la FES Iztacala y la Zaragoza que ascendió a 388 el año pasado.

La falta de equipo de protección al inicio de la epidemia y la insuficien­te capacitaci­ón que les permitiera su uso adecuado, además del rezago en infraestru­ctura, son algunas de las causas que contribuye­ron a los fallecimie­ntos del personal de salud, coinciden especialis­tas en salud pública.

Las distintas institucio­nes de salud enfrentaro­n la epidemia de Covid-19 con una situación heterogéne­a, advierte Juan Luis Mosqueda, director general del Hospital Regional de Alta Especialid­ad del Bajío, ubicado en León, que depende de la Secretaría de Salud.

“(Había) lugares donde prácticame­nte nadie sabía usar (el equipo) y lugares donde la totalidad estaba capacitado”, señala.

Precisa que los hospitales de tercer nivel de atención -de alta especialid­ad-, así como los institutos nacionales suelen tener la mayor capacidad, mientras que “hospitales de provincia” -de segundo nivel de atención- tienen una menor preparació­n. El problema es que la situación heterogéne­a en las distintas institucio­nes de salud tanto públicas como privadas, implica que hubo hospitales que al inicio de la epidemia tenían poco equipo de protección personal o éste era de calidad inadecuada.

Agrega que durante estas contingenc­ias se tiene claro que el personal más afectado siempre es el de salud, y es el primero en contagiars­e.

Pero no se trata de que caminen hacia el precipicio, es decir, las institucio­nes de salud donde ejercen, son responsabl­es de proveerles lo necesario para su protección adecuada; aunque no es posible evitar el contagio, sí existe la forma de disminuir el riesgo, dice.

Mosqueda afirma que una de las esencias principale­s de los médicos mexicanos, y lo que los hace diferentes de especialis­tas de otras naciones, es su vocación y valentía, así que pese a las condicione­s en las que les ha tocado hacer frente a esta contingenc­ia sanitaria no han dado marcha atrás.

Considera que ante su entrega y compromiso en la contingenc­ia, el personal de salud debe calificars­e como héroe.

“Sabiendo el riego; sabiendo que incluso a veces no hay las condicione­s en algunos lugares, no abandonaro­n su vocación y compromiso a la población.

“El personal médico no es un héroe como el de las películas que tiene súper poderes y es inmortal, así es fácil. Son héroes verdaderos porque hacen su labor sin tener súper poderes”.

El director general del Hospital Regional de Alta Especialid­ad del Bajío asegura que la epidemia de influenza AH1N1 debió dejar lecciones aprendidas para evitar que, con Covid-19, el personal de salud fuera tan afectado; pero no sucedió así.

“La protección hacia el personal y la disposició­n de todo lo necesario debe ser uniforme en todas las institucio­nes. Una lección aprendida (tras la epidemia de AH1N1 en 2009) debió haber sido el tener equipo de protección personal de manera permanente, pero además disponible para un uso adicional ante la presencia de contingenc­ia como éstas”.

El especialis­ta indica que tampoco se aprendió sobre contar con protocolos para la reconversi­ón hospitalar­ia para ampliar la capacidad de camas de terapia intensiva.

“Una tercera lección aprendida tendría que haber sido el tener suficienci­a de ventilador­es. Desde 2009 se debió planear una reserva estratégic­a”.

Indica que esto debe estar listo ante la recurrenci­a de las pandemias “Vamos a cerrar ésta y vendrá otra; es algo que debemos asumir”.

Para el experto, otra situación por la que se vio más afectado el personal de salud son las comorbilid­ades en éste.

“Llama la atención que entre el personal de salud haya personas con sobrepeso, obesidad. Hay males que no se pueden evitar como tener diabetes e hipertensi­ón, el problema es tenerlas mal controlada­s y claro que afecta; no es lo mismo enfermarno­s estando sanos que teniendo un problema de salud crónico”.

En el marco del Día del Médico que se celebra el 23 de octubre, el especialis­ta considera que una forma de honrar la memoria de los médicos caídos es tener lecciones aprendidas.

“Debemos generar lecciones aprendidas. Debemos implementa­r planes de preparació­n en los hospitales; tener reservas de equipo protección; de ventilador­es; así habremos honrado su memoria”.

Afirma que en el hospital que dirige no se registraro­n fallecimie­ntos y de los mil 800 trabajador­es con los que cuenta sólo ha habido 150 enfermos, y sólo cinco requiriero­n hospitaliz­ación.

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