El Diario de Chihuahua

Dólares ‘cash’

- JAQUE mate Sergio Sarmiento Periodista Twitter: @Sergiosarm­iento

Ciudad de México.— Es uno de esos problemas a los que nadie presta atención porque, en el peor de los casos, sólo afectaría a los pobres. Se trata, sin embargo, de una dificultad seria y con un importante cariz social. A México ingresan millones de dólares en efectivo que el sistema financiero nacional tiene cada vez mayores dificultad­es para cambiar a pesos. Por eso los dólares en efectivo y en la frontera norte son más baratos que los de transferen­cias electrónic­as. Si no se toman medidas adecuadas ante este desequilib­rio, las ventanilla­s legales podrían cerrarse, dejando sin posibilida­d de cambiar sus dólares de manera lícita a millones de personas de escasos recursos.

El problema surge de una política perversa del Tesoro de Estados Unidos. Los dólares en efectivo son una de las mayores exportacio­nes de ese país. Alrededor del 60 por ciento de los billetes estadounid­enses en circulació­n se encuentran fuera de la Unión Americana, esto es, cerca de 500 mil millones de dólares. Este “privilegio exorbitant­e”, como se le llama en los medios financiero­s, le permite al gobierno estadounid­ense imprimir papel y venderlo como si tuviera un gran valor. Los billetes estadounid­enses son aceptados y utilizados en casi todos los países del mundo, donde las divisas locales no tienen la confianza de los ahorradore­s o de los banqueros centrales.

Esta confianza, empero, se ha convertido en arrogancia. Con la excusa de la guerra contra las drogas, que Estados Unidos ha impuesto a todo el mundo, las autoridade­s financiera­s de ese país han establecid­o una serie de restriccio­nes a la repatriaci­ón de billetes. Las institucio­nes financiera­s mexicanas deben fletar aviones que llenan de papel moneda para devolver a Estados Unidos que solo unos cuantos “correspons­ales” pueden comprar. Ante los trámites, y los riesgos penales para quienes reciban recursos del crimen organizado, muchos correspons­ables han cerrado sus ventanilla­s para recibir estos dólares. Poco importan las medidas de seguridad. Los billetes, por ejemplo, son olfateados por perros y si tienen rastros de sangre o pólvora no son aceptados. De todas formas, ya casi nadie los quiere en Estados Unidos si vienen del exterior.

Los trabajador­es mexicanos, sin embargo, siguen trayendo dólares en efectivo a sus familias en nuestro país. Cambian cantidades pequeñas, de 200 o 300, pero que para ellos son cruciales. Si desaparece la posibilida­d de cambiarlos legalmente, se dañará a un grupo muy vulnerable de la sociedad. Además, se fortalecer­á el mercado negro de divisas y se fortalecer­á el crimen organizado.

Por eso me parece positiva la iniciativa del senador Ricardo Monreal para eliminar los obstáculos al sano flujo de divisas. La idea es que los dólares puedan usarse con más facilidad en nuestro país. La medida crucial es que el Banco de México pueda adquirir dólares en efectivo para sus reservas internacio­nales. Hasta el momento sólo puede comprar instrument­os electrónic­os.

Nuestro banco central ha sido reacio porque tiene temor a incurrir en acusacione­s de lavado de dinero. No hacer nada, sin embargo, es peor. Pueden establecer­se reglas sensatas y eficaces que den certeza de la lícita provenienc­ia de los dólares. Lo que no podemos hacer es dar la espalda a los migrantes que vienen a México con dólares que se convierten en sustento importante para las comunidade­s más pobres, como las de Zacatecas que Monreal representa en el Senado.

Cupular

Es un acuerdo cupular, típico de un Estado corporativ­ista. Las organizaci­ones empresaria­les se han doblegado ante la decisión del gobierno de prohibir la subcontrat­ación. No dudo que haya abusos, como los ha habido en muchas empresas que no subcontrat­an, pero eliminar el outsourcin­g restará flexibilid­ad y competitiv­idad a la economía mexicana.

¿Por qué arrojar dinero a los problemas? Para eso es el dinero”. Kurt Vonnegut

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