Viaje en el tiempo - 2021-2024 d.c.
Como una de esas sorprendentes manifestaciones, te cuento que en el año 2018 viajé al futuro y, de forma misteriosa, como de película, viví las experiencias de finales 2020 al 2024.
Recuerdo la celebración navideña del 2020, fiestas de fin de año, y brindis por el colapso de un sistema obsoleto de gobierno, el cual fue una dictadura maquillada que perduró casi un siglo. El país entero celebraba la caída de la imposición que favoreció al crimen, la delincuencia y la corrupción política.
La gente estaba feliz con el nuevo régimen -aun sus opositores,- porque en esta parte norte del país, los inviernos son muy crudos- y regresó la electricidad a precios tan accesibles, que hasta calefactores eléctricos podían usar los más pobres para calentar sus hogares. Dejaron los peligrosos “diablitos”, se olvidaron de la leña que llenaba el ambiente de una densa capa de hollín en colonias populares y, que producía alergias y males respiratorios. Desapareció el uso del gasóleo para calentones- antes petróleo diáfano-, porque el régimen abarató muchísimo el gas L.P, como lo había prometido.
Además, con la reducción de tarifas eléctricas, nos igualamos a los americanos, porque allá en “gringolandia” un obrero con modesto salario puede soportar el gasto de usar: calentador de agua eléctrico, estufa, o calentón eléctrico; podría incluso prescindir del gas.
Así, nos emparejamos a los anglosajones, porque México tiene: petróleo, gas, geotermia, fuentes renovables de energía. El gobierno autorizó las subastas eléctricas de empresas eólicas y fotovoltaicas, favoreciendo al medio ambiente y abaratando muchísimo la electricidad, para los hogares y la generación de empleos.
Pues bien, con la baja de los energéticos bajaron los productos considerablemente su precio y el mercado tomó fuerza.
El populacho, intelectuales, comerciantes, estudiantes la sociedad entera, festejaba un verdadero sistema anticorrupción. Ya que, chango viejo no aprende maroma nueva; y como el buen juez por su casa empieza, recuerdo que varios amigos y familiares del presidente, fueron señalados por actos de corrupción y, por haber una nueva moralidad, fueron juzgados, encontrados culpables y sentenciados a muchos años, para limpiar a México como se barren las escaleras de arriba para abajo.
Además, se formó un organismo de inteligencia contra el crimen, y los traficantes y aquellos que extorsionaban al gobierno obstruyendo carreteras y tomando casetas fueron consignados como escarmiento. Así que todo mundo andaba derechito. Aquel que en los juicios orales, se le comprobara ser: multi- homicida o narcotraficante, iba derechito a la cárcel, y a muchos secuestradores se aplicó la pena capital-. A grandes males grandes remedios; así que los malandros se escondieron y la gente que había estado encerrada por miedo en sus casas, ya podían salir a divertirse a cualquier hora.
La gente se encontraba feliz, porque el gobierno protegía a las empresas, se respetaban las reglas jurídicas, había Estado de Derecho. Y como corrió la buena fama de
México en el mundo, muchas empresarios venían a invertir aquí, y a nadie faltaba el empleo.
Además, el sistema de salud llegó a ser como de los países más avanzados, como lo prometió el presidente, de suerte que creció la esperanza de vida de los mexicanos. Ya no había tarahumaritas ni pobres mendigando en los cruceros, México estaba tan bien con esa transformación prometida, que, aún los paisanos que laboraban en los Estados Unidos regresaron, y algunos gringos también se cruzaban de mojados a trabajar a nuestro país. ¡Qué maravilla!
Estaba yo fascinado, porque ahora si habría justicia social. De pronto sentí un frío que me recorría el cuerpo, pensé: ¿qué pasa? Oía un llanto como de niño; era el gato--porque en las madrugadas cuando siente hambre jala las cobijas para despertar a alguien que le dé croquetas--. ¡Aaah triste realidad! era un sueño y ni siquiera había gas para encender el calentón, pero dije: Si queremos todos, ese sueño se puede hacer realidad, echemos fuera a la pesadilla de Morena en 2021.