Exige párroco a Corral apertura de las iglesias
El párroco del templo Santo Niño de Atocha, presbítero Juan Martín Morales Juárez, envió un oficio al gobernador del Estado, Javier Corral Jurado, para que autorice las celebraciones religiosas de manera presencial en las iglesias, con las respectivas medidas sanitarias para evitar contagios por Coronavirus (Covid-19), y que estas actividades son consideradas esenciales para la comunidad católica y cristiana.
El documento, dirigido a Corral Jurado y al Consejo Estatal de Salud, dice textualmente:
“Me dirijo a ustedes con respeto y en calidad de ciudadano chihuahuense que hace uso de su legítimo derecho a manifestar su pensamiento.
En primer lugar quisiera reconocer y agradecer el esfuerzo que han mostrado a lo largo de toda esta pandemia que hemos tenido que enfrentar. Por su servicio y dedicación: ¡gracias!
En la actual situación de pandemia para todas las instituciones ha sido urgente e imperativo tomar decisiones difíciles, drásticas e inéditas en el propio ámbito. Todo con el afán de garantizar la salud, incluso la sobrevivencia y, a la, vez no detener ni entorpecer el crecimiento y desarrollo de la comunidad. Armonía entre salud y desarrollo material, en esta situación, no está siendo nada fácil.
Las medidas que se tomaron en los pasados meses de octubre y noviembre en el Estado, sí drásticas, actualmente están arrojando el resultado positivo esperado: disminuyen constantemente los casos de contagio, hay disminución de la ocupación hospitalaria, menos pacientes intubados; la cantidad de decesos está bajando, son más las personas recuperadas que los casos detectados.
Poco a poco se va permitiendo la apertura, con restricciones, de diversas actividades, principalmente las del ramo económico. Sin embargo sorprende que las actividades de tipo religioso-espirituales no solo no sean restringidas sino suspendidas (lo que equivale en la práctica a estar prohibidas) en el Estado. En el pasado mes de septiembre, cuando Chihuahua estaba en semáforo naranja (como los estamos actualmente, según la declaración oficial) se permitió la apertura, también con restricciones, de las iglesias y centros de culto. Ahora que nuevamente llegamos a semáforo naranja estas actividades no fueron contempladas para su reapertura. Estos cambios de dirección provocan desconcierto en no pocos chihuahuenses, para quienes el ejercicio de la libertad de culto, derecho fundamental garantizado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Política del país, es un derecho que se desea y se necesita seguir ejerciendo, ahora con las debidas medidas de seguridad y restricciones, pero al fin de cuentas importa poder ejercerlo.
El gobierno federal y estatal siempre han afirmado que en la actual pandemia nunca se han suspendido las garantías individuales, entre las cuales se encuentra el derecho a creer y profesar la religión que se desee y la libertad a la práctica cultual de la misma. Entonces ¿por qué se emiten estas medidas que prohíben y nos restringen este derecho que tenemos? Estamos conscientes de que el riesgo de contagio aún es alto, el peligro no se ha ido. Pero si las demás actividades se van liberando, ¿por qué la actividad religiosa se prohíbe actualmente? Estamos de acuerdo y nos sumamos al hecho de que en el retomar esta actividad también habrá que hacerlo con suma responsabilidad y cuidado, asumiendo las medidas que ustedes como autoridad nos han indicado para poder tener mayor seguridad en nuestras iglesias (¡medidas que ya se implementaron en septiembre y octubre que pudimos abrir!). Es fundamental saber que se podría ejercer este derecho sin caer en la clandestinidad, sin el miedo de estar haciendo algo ilegal, sin la zozobra, pensando que alguna autoridad podría arribar y suspender, quizás hasta de forma irrespetuosa e incluso violenta, la acción religiosa que se estuviera llevando a cabo. No piensen que seremos irresponsables al abrir; podemos seguir los protocolos de seguridad que se han implementado para las iglesias y que el mismo Consejo Estatal conoce y, se supone, aprobó desde el pasado mes de agosto, permitiéndonos abrir en el pasado mes de septiembre.
Pido su comprensión, reflexión y reconsideración al respecto. Solo tomen en cuenta que los creyentes en Dios también estamos presentes y pedimos, ¡hoy exigimos!, algo válido, bueno y justo: el libre ejercicio de nuestra vida espiritual en los lugares naturales de celebración de nuestra fe, es decir, en las iglesias.
Sin más por el momento me despido y quedo a sus órdenes.
Atentamente:
Pbro. Lic. Juan Martín Morales Juárez Párroco de Santo Niño de Atocha”
La carta aún no ha sido contestada ni por el mandatario estatal, la Secretaría General de Gobierno o alguna autoridad del Consejo Estatal de Salud.