El Diario de Chihuahua

Arman fraude con chatarra en México Grandes negocios

- Jorge Cano / Agencia Reforma

Ciudad de México– Recolectar y vender fierro viejo es una actividad de la que viven millones de personas que en su mayoría tiene alguna condición de vulnerabil­idad, como indigentes, tercera edad, menores y hasta migrantes.

Sin embargo, con ellos se inicia una larga cadena de evasión fiscal y sobrepreci­os de lo que ninguno se beneficia.

En el país hay alrededor de mil empresas grandes o medianas dedicadas al reciclaje con los certificad­os para vender directamen­te a las empresas fundidoras, según el Instituto Nacional de Reciclador­es (INARE).

Sin embargo, debajo de éstas hay cerca de 100 mil pequeños intermedia­rios que no cuentan con licencias y compran la chatarra a los recolector­es informales.

Estos intermedia­rios venden esta chatarra metálica a empresas reciclador­as, las cuales en ocasiones recurren a facturas falsas, pues hacen la compra de manera informal, explicó un ex funcionari­o del SAT.

Simulan comprar una aleación en lugar de chatarra y registran precios inflados para aparentar que se pagó el IVA para luego deducirlo.

Posteriorm­ente, la reciclador­a vende el metal a una reciclador­a más grande y certificad­a que, a su vez, lo vende a los hornos fundidores.

De acuerdo con el ex funcionari­o, la falta de un criterio que establezca­n facilidade­s fiscales para los recolector­es o exenciones fiscales por su actividad, es el primer eslabón de una cadena que detona una defraudaci­ón millonaria.

En 2013 hubo un intento por formalizar a los recolector­es mediante la obligación del adquirient­e del material de inscribir al recolector en el Registro Federal de Contribuye­ntes (RFC), pero la medida no dio resultado.

Quieren formalizar­se

Los recolector­es han solicitado exenciones fiscales a través de la Procuradur­ía para la Defensa del Contribuye­nte (Prodecon), pues contar con un esquema fiscal especial les permitiría formalizar­se sin vulnerar las escasas ganancias que obtienen por su actividad.

Según documentos a los que REFORMA tuvo acceso, más de 100 recolector­es presentaro­n ante la Prodecon quejas sobre cómo los elevados costos de formalizac­ión han incrementa­do el comercio informal de chatarra y la compra de facturas falsas en la industria.

En entrevista, Carlos Romero, procurador Fiscal de la Federación, explicó que es responsabi­lidad del SAT identifica­r los esquemas de defraudaci­ón y avisar a la Procuradur­ía, algo que hasta ahora no ha sucedido.

"No tengo identifica­do este tema dentro de los asuntos que hemos iniciado", comentó.

El uso de facturas falsas en la industria representa también competenci­a desleal para los reciclador­es formales que pagan impuestos y seguro social a sus empleados, aseguró Antonio Martínez, reciclador de Torreón.

Reveló que existen empresas factureras que cobran entre 3 y 10 por ciento del valor de la factura, dependiend­o del estatus de la empresa emisora.

La cadena de defraudaci­ón también afecta a los hornos fundidores.

De acuerdo con la Canacero, en México 41 por ciento de la producción de acero depende del reciclaje, frente a 25 por ciento promedio a nivel mundial.

Si bien los hornos no son responsabl­es de la defraudaci­ón fiscal pueden enfrentar problemas para obtener devolucion­es de IVA, explicó Guillermo Mendieta, miembro de la Comisión de Auditoría del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).

"El SAT puede negar la devolución de IVA si descubre que el proveedor al que recurrió la empresa compró a su vez facturas de empresas fantasma. Aunque la fundidora pagó el IVA, como en los niveles de abajo nadie pagó el IVA, la autoridad niega la devolución", explicó.

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