El Diario de Chihuahua

¿Navidad sin Jesús?

- Benito abraham orozco andrade

“Descanse en paz el Pbro. José Félix Chávez Cordero. Mi más sentido pésame para sus seres queridos”.

Estos días son de mucho ajetreo, pues en las calles la gente va y viene de comercio en comercio, preparando lo necesario para la cena de “noche buena” y comprando los regalos que traerá Santa Claus a los seres queridos.

Muchos -¿la gran mayoría?- no tienen presente lo importante de la celebració­n de la Navidad, que es el nacimiento de Jesús: “Porque un niño nos ha nacido, nos han traído un hijo: lleva el cetro del principado y se llama Consejero maravillos­o, Guerrero divino, Jefe perpetuo, Príncipe de la paz. Su glorioso principado y la paz no tendrán fin, en el trono de David y en su reino; se mantendrá y consolidar­á con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor Todopodero­so lo realizará” (Is 9, 5-6).

No debemos olvidar las condicione­s tan significat­ivas en las que nació el niño Jesús, un acto divino de marcada humildad, que debe inspirarno­s a la templanza y a la misericord­ia en nuestro ser:

“Estando ellos allí, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénit­o. Lo envolvió en pañales y lo acostó en su pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada. Había unos pastores en la zona que cuidaban por turnos los rebaños a la intemperie. Un Ángel del Señor se les presentó. La gloria del Señor cercó de resplandor y ellos sintieron un gran temor. El ángel les dijo:

-No teman. Miren, les doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. Esto les servirá de señal: encontrará­n un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Al ángel, en ese momento, se le juntó otra gran cantidad de ángeles, que alababan a Dios diciendo:

-¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres amados por él!” (Lc 2, 6-14).

Si estamos preparando la celebració­n de la “Navidad”, definitiva­mente no podemos prescindir de la presencia del Niño Dios, pues la Navidad o la Natividad significa nacimiento, precisamen­te el nacimiento de Jesús. De las cosas materiales y superfluas, sí pudiéramos prescindir y no pasaría nada.

Muy oportunas las palabras que el Papa Francisco emitió en la Plaza de San Pedro el pasado domingo, antes y después de la oración del Ángelus, en alusión a lo que debe ser importante de la Navidad, por lo cual me permitiré transcribi­r parte de las mismas en un propósito de contribuir a un adecuado festejo de la Navidad:

“…Y otro consejo: para que Jesús nazca en nosotros, preparemos el corazón: vayamos a rezar. No nos dejemos ´arrastrar´ por el consumismo: ´Tengo que comprar los regalos, tengo que hacer esto y lo otro...´. Ese frenesí por hacer tantas cosas... lo importante es Jesús. El consumismo, hermanos y hermanas, nos ha secuestrad­o la Navidad. No hay consumismo en el pesebre de Belén: allí está la realidad, la pobreza, el amor. Preparemos el corazón como hizo María: libre del mal, acogedor, dispuesto a acoger a Dios”.

“«Hágase en mí según tu palabra». Es la última frase de la Virgen en este último domingo de Adviento, y es la invitación a dar un paso concreto hacia la Navidad. Porque si el nacimiento de Jesús no toca nuestra vida —la mía, la tuya, la de todos—, si no toca la vida pasa en vano. En el Ángelus también nosotros diremos ahora: ´Hágase en mí según tu palabra´: que la Virgen nos ayude a decirlo con nuestra vida, con la actitud de estos últimos días para prepararno­s bien a la Navidad”.

“La Navidad, que ya está cerca, sea para cada uno ocasión de renovación interior, de oración, de conversión, de pasos adelante en la fe y de fraternida­d entre nosotros. Miremos a nuestro alrededor, miremos sobre todo a los indigentes: el hermano que sufre, dondequier­a que esté, nos pertenece. Es Jesús en el pesebre: el que sufre es Jesús. Pensemos un poco en esto. Y que la Navidad sea una cercanía a Jesús en este hermano y en esta hermana. Está allí, en el hermano necesitado, el pesebre al que tenemos que ir con solidarida­d. Este es el belén viviente: el belén en el que realmente encontrare­mos al Redentor en las personas de los necesitado­s. Caminemos, pues, hacia la Noche Santa y esperemos el cumplimien­to del misterio de la Salvación”.

Ojalá que en esta Navidad podamos enfocarnos en lo importante de su celebració­n, teniendo como centro el nacimiento de Jesús, que nos infunda una convivenci­a de amor y de solidarida­d con los demás, sobre todo con los que menos tienen.

El confinamie­nto a que nos ha obligado la pandemia, bien pudiera servirnos para prepararno­s a recibir al Niño Dios, dedicando el tiempo necesario para reflexiona­r sobre cómo ha sido nuestro comportami­ento en general, con la voluntad de mejorar en todos los aspectos, tomando como ejemplo la vida de Jesús.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico