De la protección... al relleno sanitario
Mascarillas, caretas, guantes y equipo de protección se han convertido en un nuevo foco de contaminación plástica Durante la contingencia sanitaria aumentó 15 por ciento la basura domiciliaria
El uso del cubrebocas o mascarilla que protege la nariz y boca se convirtió en un artículo de primera necesidad desde marzo del año pasado cuando inició la contingencia sanitaria generada por el coronavirus (Covid-19), producto de uso diario para salir a la calle y protegerse de los contagios, pero también se transformó en un nuevo tipo de basura que era exclusivo del personal médico.
La Dirección de Servicios Públicos Municipales (DSPM) había reconocido que el año pasado, debido a la pandemia, se reportó un aumento del 15 por ciento en la recolección de basura domiciliaria, que se había contemplado ya que al permanecer más tiempo en casa, también consumir y generar desperdicios, entre los que incluyen las mascarillas.
La dependencia municipal explica que según la guía federal para el manejo de residuos sólidos urbanos en caso de pandemia, que el equipo de protección personal, que en este caso serían los cubrebocas, caretas, guantes, etc., desechable debe desecharse en la basura que se va al relleno sanitario
Puede ser que para seguridad del personal de recolección sea depositada en bolsa aparte y rociada con agua clorada al uno por ciento.
Si es residuos de enfermos de Covid, es depositarlo en bolsa hermética, rociada con agua clorada al uno por ciento y señalada con algún cordón rojo o avisarles al personal con marcador o personalmente para que no las vayan a abrir, pero sobre todo, que la gente evite tirar estos residuos como cubrebocas y guantes en la vía pública.
Este es producto sanitario que, junto a otros elementos de protección y medidas de higiene, permiten evitar exponerse y protegerse al entorno de la contaminación con patógenos, ya que la infección
por Covid se transmite por gotas.
Sin embargo, a pesar de los cuidados de hospitales, personal médico, recolectores de basura, es muy común encontr ar en las calles varios de estos tirados, que no solo es mala imagen urbana, sino un riesgo para quien pasa por el lugar, o decide recogerlo.
Para los recolectores de basura, desde el inicio de la pandemia han mantenido medidas sanitarias muy estrictas para evitar contagios, principalmente por el descuido de las personas. “Afortunadamente no hemos tenido ningún caso de contagio entre los recolectores. Sí en la dependencia, pero en áreas de oficina. Hemos mantenido mucho cuidado con el personal que recoge la basura domiciliaria. Por eso pedimos a la gente que separe los cubrebocas que desecha, que los desinfecte e indiquen”, explicó el director de la dependencia municipal responsable, Ricardo Martínez García.
Se pide que cubrebocas, guantes y pañuelos desechables utilizados por personas enfermas o aisladas, se pongan en una bolsa de plástico exclusiva para este tipo de desechos y cerrarse herméticamente. Las bolsas deberán ser destinadas a vertederos especiales o incineradores y por ningún motivo se debe proceder a la apertura manual.
Para extremar seguridad, las autoridades competentes deben acordar protocolos específicos, cumpliendo con las normas oficiales de cada entidad.
Los tipos más comunes son los de tipo quirúrgico hechos de tipo de papel fino que apenas filtra el aire, que son los de uso desechable de una sola vez. Son los que en la calle se pueden ver tirados o en botes de color azul o blanco.
La mascarilla N95 generalmente las usan personal médico aunque ya es más común verlos en la población. Permite un mejor sellado. Se identifican en color blanco, pero últimamente se venden en negro o algún diseño personalizado.
Los artesanales o hechos de alguna tela son menos confiables por el paso más libre del aire y las partículas, aunque generalmente suelen lavarse y volverse a usar.
Las de neopreno son menos utilizadas, ya que fueron diseñadas para deportistas y no se desperdicia como las de tipo quirúrgico.
Contaminación excesiva con la pandemia
Con la llegada de la pandemia llegó también una era de contaminación excesiva generada por la basura, comentó el presidente de la Comisión de Ecología en el Ayuntamiento, Juan Pablo Ríos Prieto, quien alertó sobre el riesgo sanitario que esto representa, ya que acciones como tirar los cubrebocas en la calle también pueden aumentar los contagios por coronavirus.
Dijo que esta contaminación implica daños al suelo, aire y agua, por estar la basura depositada en lugares incorrectos.
“Esta acumulación se ha visto incrementada durante la pandemia, ya que las condiciones salubres así lo exigen. Los insumos médicos, el uso de máscaras desechables, equipos de protección y hasta ataúdes están sobrepasando las capacidades sanitarias para mantener bajo control el manejo de estos residuos”, comentó el regidor representante del Partido Verde Ecologista de México (PEVM).
Reconoció que la generación de desechos es una situación inevitable de las actividades humanas, pero es muy importante tener en cuenta los efectos medioambientales tan negativos que se producen.
Por ello, en este momento también representa una oportunidad de crear una conciencia ambiental verde, enfocada en reducir los residuos, rehusar tanto como se pueda y reciclar los elementos que sean susceptibles de tener una segunda oportunidad.
Otra basura similar a los cubrebocas, son las mascarilla de acetato, que son más utilizadas en tiendas de conveniencia o restaurantes, que aunque suelen limpiarse y desinfectarse, también generan un tipo de basura de las que tardan más tiempo en descomponerse, casi igual al plástico.
También el edil ecologista, manifestó que por la contingencia y el aislamiento, se pide mucho comida a domicilio ha aumentado el uso de desechables como platos, vasos, bolsas, popotes, utensilios de plástico, que se convierten basura que tarda años en descomponerse y afecta al medio ambiente.
Es por ello, que ha pedido se realicen campañas para fomentar el uso de utensilios biodegradables, que ya están en el mercado y a buenos precios. Incluso hay algunos cubrebocas fabricados con material ecolóigico.
“Ya hay varios productos que no son nocivos para el ambiente, se descomponen rápidamente y sería una buena opción para los restaurantes. Seamos ciudadanos responsables”, comentó al informar que existen muchas opciones muy viables como platos de caña de azúcar, de fécula de maíz, cosas prácticas como cubiertos, vasos para café y bebidas, diferentes estilos, artículos reciclables, toda una variedad.
Actualmente la autoridad municipal ha reconocido que la mayor parte de la población usa mascarilla al transitar por las calles, principalmente en el Centro, en plazas comerciales, así como está prohibido entrar a cualquier establecimiento sin cubrebocas, pero también es el primer cuadro de la ciudad donde se ha visto mayor basura de este tipo tirada en el suelo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el inicio de la pandemia, millones de cubrebocas desechables son clave para evitar contagios, sin embargo, este tipo de mascarillas tardan más de 450 años en desintegrarse y en muchos casos terminan en vertederos, ríos y océanos.