Con censura o sin censura: AMLO y MORENA ya prendieron
Evidentemente, el proceso electoral que se está viviendo en todo los EUM, el cual llevará a la ciudadanía consciente de sus derechos y obligaciones cívico-político-electorales a sufragar el próximo domingo 6 de junio, trae a los partidos, sobresalientemente a los de oposición de la derecha y adláteres, patas arriba. A tal grado, que lo impensado e inesperado por sexenios, la alianza entre ¿partidos irreconciliables? PRI-PAN-PRD; es, hoy, toda una realidad, se ha materializado, con el prurito –a estas alturas lleno de ronchas– esencial, de tumbar a AMLO-MORENA.
Y en ese establecer las tácticas con las que se logre quitarle a MORENA la mayoría en el Congreso de la Unión (Cámara de Senadores y Cámara de Diputados federales), y por ende, la base de apoyo a la política del régimen de la Cuarta Transformación de México, puesta en práctica por Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional (legal y legítimo) de la República Mexicana; el INE, desde hace meses sugirió o pretendió que el primer mandatario de la Nación, suspendiera sus, indudablemente, exitosas conferencias mañaneras.
Y al no lograr esa “extraña” e inconstitucional idea u objetivo, acordaron la mayoría de los consejeros del INE, pedir al Presidente de los EUM, a los gobernadores y demás servidores públicos, sujetarse a lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) y en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), en materia de propaganda electoral. Sujeción, que independientemente de que en otros sexenios no se haya pedido, la verdad es que, resulta saludable, en aras de que cada vez más, se llegue a la práctica de los procesos electorales, AUTÉNTICAMENTE DEMOCRÁTICOS.
Al respecto, y utilizando la CPEUM y la LGIPE actualizada, que muy amable y solícitamente me provee mi querido hijo, abogado Benito Abraham Orozco Andrade, con amplia experiencia en la materia en referencia, se transcribe lo establecido en el Artículo 35 de la CPEUM Comentada (2017) Coordinador, José Ramón Cosío Díaz: “El poder público no debe emplearse para influir al elector” por lo que “no se permite que las autoridades públicas se identifiquen a través de su función, con candidatos o partidos políticos en elecciones, ni que los apoyen mediante el uso de recursos públicos o programas sociales, en especial propaganda”.
Agregando el comentario de que con ello se protege también la imparcialidad, la igualdad en el acceso a cargos públicos y la equidad, y se pretende inhibir o desalentar “toda influencia que incline la balanza a favor o en contra de determinado candidato o que distorsionen las condiciones de equidad para el acceso de los partidos políticos a medios de comunicación social, alterando la igualdad de oportunidades entre los contendientes”.
Y en la última reforma a la LGIPE publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de fecha 13-04-2020, en el Capítulo II (De la propaganda electoral) en su Artículo 209 punto 1 se indica: “Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales, y hasta la conclusión de las jornadas comiciales, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales y estatales, como de los municipios, órganos de gobierno del Distrito Federal, sus delegaciones y cualquier otro ente público.
Subrayando que “las únicas excepciones a lo anterior, serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia”.
De tal manera, debe considerarse como acertado y positivo que todas las autoridades de los tres niveles de gobierno, sean del partido político que sean, acaten lo dispuesto en los artículos transcritos. Pero además, en los hechos, eviten caer en la tentación del FRAUDE ELECTORAL, pues este está tipificado como delito grave.
Por lo que hace a la definición del voto. La ciudadanía, el pueblo todo, ha llegado a niveles de cultura cívico-político-electoral, que desde las elecciones del 1 de julio del 2018, dio muestras de que razonó, reflexionó detenidamente y a fondo, el sufragio.
El S. XXI llega con el resurgimiento de la diversidad humana en todos los grupos sociales y se rechaza la afiliación automática, inconsulta y obligatoria a tal o cual partido, por antidemocrática y porque lastima la dignidad del ciudadano, de la persona. Ahora se demanda respeto pleno a toda manifestación y expresión individual del ciudadano; es él quien debe tomar la determinación que considere mejor y unirse al partido político que resuma sus aspiraciones, sus caros anhelos.
La mayoría del pueblo mexicano, los trabajadores del campo y la ciudad, están convencidos de que AMLO con la construcción de la Cuarta Transformación, está haciendo lo correcto para mejorar las condiciones socioeconómicas de todos los mexicanos.