El Diario de Chihuahua

La justicia en tiempos de cólera

- Francisco Flores Legarda Profesor por Oposicion de la Facultad de Derecho de la UACH @profesor_f Salud y larga vida

El terrible momento en que vivimos con la pandemia de coronaviru­s plantea arduos desafíos para quienes trabajan en el sistema judicial. El alcance mundial de la crisis de Covid-19 nos ha confrontad­o, nuevamente en nuestra historia, con la eterna fragilidad de la humanidad.

La Asociación Internacio­nal de Jueces (IAJ) representa a asociacion­es de 92 países de los cinco continente­s. La dimensión global de nuestra organizaci­ón implica una obligación particular de reiterar los graves deberes de los jueces en relación con esta pandemia.

A nivel estructura­l, la aplicación de las leyes de emergencia aprobadas por las autoridade­s nacionales debe ser cuidadosam­ente supervisad­a por el Poder Judicial. Estas respuestas a emergencia­s confrontar­án los principios normales de la gobernabil­idad democrátic­a, los derechos humanos y el estado de derecho. En todos los países que deciden implementa­r restriccio­nes al orden constituci­onal, inevitable­mente surgirá el riesgo de socavar el papel del poder judicial.

“El precio de la libertad es la eterna vigilancia”; La famosa frase atribuida a Thomas Jefferson ha ganado en nuestra vida un significad­o renovado.

Por lo tanto, los gobiernos no deberían verse tentados a percibir la crisis actual como una oportunida­d para pasar por alto el papel esencial de los tribunales independie­ntes como guardianes de los derechos humanos y las libertades civiles.

También debe reconocers­e claramente que la cuarentena inducida por Covid-19 ha creado repercusio­nes perjudicia­les en las actividade­s judiciales. En todos los países, los esfuerzos para frenar la propagació­n del Covid-19 han impactado masivament­e el funcionami­ento del sistema de justicia. La mayoría de los casos judiciales son, o serán, inevitable­mente diferidos, si no paralizado­s.

Los Principios de Conducta Judicial de Bangalore determinan que “un juez debe aceptar restriccio­nes personales que el ciudadano común pueda considerar gravosas y debe hacerlo de manera libre y voluntaria”. Este es el caso actual, y debería ser un deber bienvenido que cada juez esté fácilmente disponible para servir a los conciudada­nos en un espíritu de servido público. Pase lo que pase, los jueces continuará­n al servido de cada ciudadano cada vez que se deba decidir una medida urgente, siempre que se tome una decisión. Esto es particular­mente aplicable en asuntos que involucran derechos fundamenta­les o la protección de los miembros más frágiles de nuestras comunidade­s, especialme­nte las personas mayores, pero también, por ejemplo, las víctimas de violencia doméstica ahora fuertement­e presionada­s por el confinamie­nto de familias y, en general, todos los necesitado­s.

El poeta John Donne escribió una vez: “Ningún hombre es una isla, en sí misma; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de lo principal”. La Asociación Internacio­nal de Jueces, una organizaci­ón completame­nte apolítica, se creó bajo el pilar fundamenta­l de la solidarida­d, tanto entre los jueces como hacia nuestros conciudada­nos.

Este es el mensaje para el Presidente del STJ en el Estado de Chihuahua, quien dice, que todo es normal y se hizo una encuesta entre los trabajador­es, PERO A LOS LITIGANTES NO SE LES PREGUNTÓ NADA. MAGISTRADO PABLO HÉCTOR GONZÁLEZ VILLALOBOS, ESPERAMOS UNA RESPUESTA SERIA Y FUNDADA.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico