Regresará partitura original de Beethoven a sus herederos
El manuscrito del compositor alemán robado por los nazis será devuelto por el museo checo ala familia del artista
El Museo Moravo de la ciudad checa de Brno ha tenido el manuscrito original del cuarto movimiento del Cuarteto de cuerda en si bemol mayor, Op. 130 de Beethoven en su colección durante más de 80 años. El museo expuso la partitura por primera vez esta semana, en previsión de entregarla a sus legítimos propietarios.
“Es uno de los objetos más preciados de nuestras colecciones”, dijo la conservadora del museo, Simona Šindelá ová.
El museo dijo que una ley de restitución de bienes robados por los nazis alemanes hizo posible la devolución. Se desconocen los detalles sobre cómo la familia, cuya riqueza procedía principalmente de la industria minera y la banca en Europa Central, adquirió tras la Primera Guerra Mundial la pieza de uno de los últimos cuartetos del compositor alemán.
“Lamentamos perderla, pero pertenece por derecho a la familia Petschek”, dijo Šindelá ová.
Beethoven compuso el Cuarteto de cuerda en si bemol mayor, de seis movimientos, en 18251826, como parte de su trabajo en una serie de cuartetos encargados por el príncipe ruso Nicolás Galitzin. Se estrenó en marzo de 1826 en la sala de conciertos Musikverein de Viena (Austria).
En la actualidad, museos, archivos y bibliotecas de la República Checa, Francia, Alemania, Polonia y Estados Unidos poseen casi 300 páginas del autógrafo completo.
Se sabe que Beethoven, que murió en 1827, regaló el cuarto movimiento a su secretario, Karl Holz, y que al menos otros dos propietarios privados de Viena lo adquirieron antes que los Petschek.
La familia intentó enviar el manuscrito al extranjero por correo en marzo de 1939, durante la ocupación nazi de Checoslovaquia, pero no lo consiguió, llamando la atención de la Gestapo.
Según Šindelá ová, los alemanes pidieron a un experto del Museo de Moravia de la época que verificara que Beethoven había escrito el documento, y "él lo negó para intentar salvarlo" de los ocupantes.
La mentira pudo costarle muy cara, pero funcionó; el museo pudo conservar la pieza. Sin embargo, los nazis se apoderaron de la mayoría de los bienes y posesiones de la familia Petschek, que el régimen comunista de Checoslovaquia nacionalizó después de la guerra.
Desde su nuevo hogar en Estados Unidos, Franz Petschek, que había dirigido los negocios mineros de la familia en Checoslovaquia, intentó recuperar la pieza, pero no lo consiguió debido a la división de la posguerra en Europa y la creación del Telón de Acero.
El 3 de agosto, el Museo Moravo firmó un acuerdo para transferir la propiedad del manuscrito a sus herederos. Sin embargo, otras familias que reclaman propiedades y objetos valiosos perdidos durante la Segunda Guerra Mundial siguen esperando que se resuelvan sus casos.
Anne Webber, copresidenta de la Comisión para el Arte Saqueado en Europa, con sede en Londres, dijo que, a pesar de que 47 países acordaron en 2009 tratar de resolver las injusticias de la época del Holocausto, "la restitución de las obras de arte que fueron saqueadas parece ser una perspectiva tan lejana como siempre”.