Dos Errores que los católicos debemos evitar
Teniendo en cuenta la complejidad de la teología católica acerca de la naturaleza de Dios, apoyados en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, ofrecemos respuestas a dos mentiras recurrentes que están al acecho de los católicos en el mundo actual.
1. TODOS ADORAMOS AL MISMO DIOS
Solo existe un Dios único y verdadero porque Él mismo lo afirmó (Dt 4,39, Is 43,11; 45, 5), sin embargo, no todo el mundo lo reconoce. Debe también señalarse que ninguna deidad pagana ha hecho una afirmación así.
A pesar de que suena políticamente correcto que todas las personas adoran al mismo Dios, es teológica, histórica y antropológicamente incorrecto.
Fuera de la tradición judeocristiana, las deidades son impotentes, celosas, caprichosas, comedidas, hedonistas, egoístas, tremendamente emocionales y tiene una débil preocupación por los asuntos humanos.
El Dios judeocristiano es el amor mismo. Ninguna otra religión describe su deidad de esta manera.
2. TODAS LAS RELIGIONES SON IGUALES
Esta creencia está conectada el punto anterior, y por lo tanto, es incorrecta. Algunas religiones son violentamente la antítesis de todas las demás expresiones religiosas. Algunos requieren el sacrificio humano, conductas inmorales a la que se consideran virtudes o proponen “textos sagrados” que son ilógicos y contradictorios. Es imposible sugerir que todas las religiones son iguales.
Cristo nos dice que Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6). El Dios judeocristiano se presentó a su pueblo y les enseña porque los ama (Hch
4,12). Ninguna otra religión hace tales afirmaciones. La salvación solo viene de Cristo y no de Mahoma, Buda o Joseph Smith. El culto le pertenece por derecho solo a Yahvé, que es el gran YO SOY (Ap 4,11).
Existen diferencias irreductibles entre el cristianismo y el judaísmo como la Encarnación, la Pasión y Resurrección. Podemos extender esta lista de incompatibilidades al considerar las religiones paganas. Sin embargo, muchas demandas éticas a través de las religiones pueden ser iguales o al menos compatibles. Esta no es una extraña coincidencia, por el contrario, si el único Dios está llamando a toda la humanidad, entonces Su marca será dejada sobre varias respuestas a la llamada.