El PRIAN se defiende como gato boca arriba
Inmediatamente después de la fuga de reos se están tomando decisiones en palacio para hacer frente a la crisis de legitimidad derivada de aquella. Pero esos cambios en la Fiscalía también tienen otra motivación, y quizás la más importante: se percibe que hay alarma en palacio porque Morena, en base a las encuestas, le lleva la delantera al PRIAN para las elecciones del 24.
Los focos rojos se prendieron debido a los resultados de las encuestas sobre preferencias electorales por partido, los cuales arrojan que Morena aventaja con 40.8 puntos sobre el pan que tiene un 35.6, en la elección para senadores.
Ello adicionado, a que el apoyo social que tiene en Chihuahua el presidente López Obrador no varía, es muy consistente con el 60-65% de aprobación de su gobierno desde hace tiempo. Entonces se advierte que el grupo de palacio, hasta nuevo aviso, estaría perdiendo las senadurías y la inercia de esa tendencia electoral también anticipa, que en la misma situación está el Congreso y las presidencias municipales.
Por ende, el “gabinetazo” y todos los cambios que de él surjan en la Fiscalía, en obras públicas, etc., se realizan, entre otras cosas, para superar ese reto electoral, al cual acuden, con esa desventaja.
Por ende, la idea del PRIAN es tratar de resolver todas las fisuras, todas las divisiones, todo lo que reste votos, de ahí en adelante.
Mientras tanto, Morena navega tranquilamente, con esa predisposición electoral a su favor y amarrando por todos lados la unidad y aceptando a políticos de otros partidos, que le traigan votos y se sumen el proyecto de la transformación.
Incluso el diputado Estrada de Morena se dio el lujo, respaldado por esa ventaja en las encuestas, de imponer la agenda a los partidos, respecto a los tiempos en la designación de candidatos, pues anunció que en Morena “será en julio cuando se den a conocer los resultados de las encuestas que arrojarán el nombre de los candidatos”. A lo cual, el PRIAN no ha encontrado como responder a esa primicia.
Es visible y natural que todos los partidos tienen fisuras en su seno. Pero entrar con divisiones a las elecciones, solo anticipan su derrota. Por eso el grupo de palacio se ha dado a la tarea, de sumar grupos políticos a su objetivo electoral. Y entre ellos, los cambios en la Fiscalía también tienen ese sello.
Como todos sabemos el PAN local está hoy dividido entre dos fuerzas; y el PRI por su lado también está fisurado en varios grupos. Morena también tiene fuerzas políticas diversas. Y en todos los partidos la necesidad de construir la unidad y adicionar fuerzas, es prioritario para ganar votos.
El grupo del PRIAN, sabe perfectamente que con las divisiones en los partidos que lo aglutinan, va a ser muy difícil superar el reto que la ola de cambio social que recorre todo el país, y Chihuahua no es la excepción, le demanda para el 2024.
El PAN está dividido entre dos fuerzas que ya conocemos. Y la unidad entre ellos, hasta nuevo aviso, parece imposible de concretarse, son insolubles.
En el PRI, la división entre las fuerzas políticas que lo aglutinan, parece ser más fácil de superarse. Incluso, los nombramientos de los nuevos fiscales Salas y Jiménez y del que ya estaba Martínez, van en esa tendencia; adicionar al PRIAN al grupo político duartista; grupo que aparece aún hecho a un lado, por la dirigencia priista. Pero con esos cambios en la Fiscalía, sin duda alguna refuerzan el mensaje de que necesitan al duartismo como grupo político, necesitan votos urgentemente.
Y en cuanto a los cambios efectuados en la Fiscalía, digamos, que con la llegada del nuevo fiscal general, llegó un nuevo estilo personal de ejercer esa función, que ha logrado tener un efecto mediático importante, pero no ha dado a conocer la estrategia que seguirá para enfrentar las raíces ni las formas de expresión de la inseguridad.
Las raíces de los hechos que originaron aquella fuga de enero, siguen sin tocarse. El magistral discurso del ser fiscal, no incide en la disminución de la actividad criminal.
Por la forma del discurso del nuevo fiscal pareciera que la tarea que le encomendó el Congreso y la gobernadora es fácil de resolver. Pero nunca la realidad, ha obedecido al mandato de las palabras.