HUMOR NEGRO Y DESGARRADOR
‘Intoxicado’ es un thriller inspirado en el accidente aéreo de un traficante que lanzó su mercancía al bosque, donde un oso la consume con efectos letales; estrena 9 de marzo
En diciembre de 1985, la Oficina de Investigación de Georgia dio a conocer una noticia sorprendente pero desconcertante: “un oso negro de 79 kilogramos había muerto por una sobredosis de cocaína después de descubrir un lote de la droga”.
La historia se difundió con un titular de pocas palabras desde el United Press International y apareció en publicaciones nacionales, incluido el New York Times.
Se estimó que la cocaína tenía un valor de varios millones de dólares y había sido lanzada desde el aire por Andrew Thornton, un traficante de drogas y exinvestigador de narcóticos de Kentucky, mientras saltaba en paracaídas desde un avión.
Thornton habría intentado perder peso para evitar caer en picada a su muerte. Por desgracia para él, no funcionó. Se estrelló en Tennessee, donde fue encontrado sin vida con un paquete de cocaína atado a su cuerpo.
Las autoridades no podían dejar paquetes y bloques de droga esparcidos por el bosque, así que después de que se descubriera el cuerpo de Thornton, comenzó una búsqueda para encontrar su carga desechada. Fue entonces cuando la Oficina de Investigación de Georgia (GBI) encontró al oso, quien aparentemente había encontrado la cocaína primero que ellos.
Cuando los agentes de la GBI descubrieron al oso en las montañas del condado de Fannin, aproximadamente a 130 kilómetros al norte de Atlanta, ya llevaba muerto unas cuatro semanas. Cerca de los restos del oso, los agentes encontraron una bolsa de lona, y dentro de ella, los restos rasgados de 40 paquetes de cocaína.
Símbolo del estado
La historia del oso al que llaman como al líder del Cartel de Medellín inspiró un sinfín de leyendas urbanas y conspiraciones.
Desde que se dice que se comió más de veinte kilos de cocaína y que murió a causa de ello, el animal se convirtió en un símbolo del estado, en toda una celebridad que atrae turistas. Uno de los datos más sorprendentes de su historia es que la sustancia que ingirió cayó literalmente del cielo.
El cuerpo del oso fue mantenido intacto por un taxidermista y estuvo mucho tiempo en exhibición. Hoy, tras pasar por varias manos, no se sabe en dónde está.