El Diario de Chihuahua

NO PUEDES ESCAPAR DE TU PASADO

-

Debe ser una perspectiv­a desalentad­ora retomar una franquicia en la tercera película. Añádele la presión de seguir a cineastas como Ryan Coogler y Steven Caple Jr. en tu debut como director que también protagoniz­as y es suficiente para que te preguntes en qué demonios estaba pensando Michael B. Jordan.

Pero “Creed III”, que se estrena mañana en los cines de todo el país, es un nuevo comienzo para Adonis Creed. Por fin ha salido de la sombra de su padre Apollo y de Rocky Balboa, cuyo legado se cernía sobre las dos primeras películas (Sylvester Stallone decidió que “Creed II” sería la última). Con Rocky fuera del camino, y el joven Creed consolidad­o como el mejor del mundo, la franquicia puede respirar un poco y crecer. Llega la dama (no ese tipo de dama).

Se trata de Jonathan Majors, un viejo amigo de la adolescenc­ia de ambos en un hogar de acogida a principios de la década de 2000. Dame, o Damian Anderson, es un poco mayor que Creed.

Es el que boxea por las noches en los combates clandestin­os. El joven Creed (Thaddeus J. Mixon), un poco torpe, un poco demasiado ansioso por agradar y un poco demasiado dispuesto a meterse en líos, es el que lleva el agua (y los sacos y los guantes) y le ayuda a trazar estrategia­s. Hay una amenaza palpable que se establece desde el principio con estos dos: una dinámica desigual de poder y edad, sin duda, pero también la implicació­n de que Dame (Spence Moore II) está más que dispuesto a jugar sucio. Lleva una pistola. Arregla partidos. Y tiene controlado al joven Adonis. El flashback termina con un violento altercado a la salida de una tienda. Dame se va. Creed se convierte en Creed.

Reaparece Dame y la película recupera su urgencia. Su viejo amigo estuvo encerrado 18 años tras aquel incidente y acaba de salir de la cárcel, con ganas de retomar su vida y sus aspiracion­es boxísticas donde las dejó. Creed es agradable pero reservado: durante gran parte de la película se comporta como una celebridad distante, hiperconsc­iente de no dejar que nadie se acerque demasiado y compartime­ntando los aspectos más feos de su pasado. Aun así, le invita a comer y se ofrece a ayudarle en todo lo que pueda.

“Creed III” trata, entre otras cosas, de lo que ocurre cuando los hombres no hablan de sus sentimient­os.

A veces, también parece más un thriller que una película de deportes al ver cómo Dame se infiltra en el mundo de Creed. Siempre es idea de Creed, siempre hay una invitación, pero la repentina omnipresen­cia de Dame empieza a parecer inevitable y ominosa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico