Las movilizaciones sociales no votan, pero…
La política percibida como lucha por el poder, sigue transitando hacía caminos eminentemente electorales. Ahí se busca el posicionamiento de la imagen de los gobernantes, pues los estrategas calculan, que su imagen será el fiel de la balanza en el escenario electoral. En lo que respecta a la imagen de López Obrador eso es indudable; y en la de la gobernadora Campos, también. Aunque ambos no sean candidatos, influirán en el voto. Solo les falta agregar la imagen final de los candidatos que ambos, están impulsando en secreto. Nadie duda de que así esté ya sucediendo, como también es cierto, que por eso las elecciones se ganan antes de que empiecen. La predisposición electoral, se va conformando antes del tiempo electoral.
En esa finalidad la organización de marchas en pro y en contra del INE, es la expresión más directa del ritmo de la política en la lucha por el poder, siendo este, la elección presidencial lo principal, pues en esta ocasión, arrastra tras de sí la elección del legislativo y presidencias locales.
Lo que se ve no se duda y es que la finalidad de la disputa entre el PRIAN y Morena, denota que es por tratar de posicionar en el imaginario público, la idea de que quien realice las marchas más numerosas, en pro o en contra del INE, es “al que se le debe dar el voto”; el mensaje es para tratar de “hacer ver” a la mayoría de los electores, cuál de las dos posiciones políticas tiene más fuerza, mejor organización, mejores propuestas, etc., para convencer a los electores.
A saber, la marcha del pasado domingo en el D.F (sic), organizada por el PRIAN para “defender al INE”, efectivamente denotó más organización y más capacidad de movilización que las movilizaciones anteriores. De eso no hay duda. E independientemente de que los organizadores de dichas marchas digan que fueron totalmente “ciudadanas”, que “no intervinieron los partidos”, lo cierto es que quienes convocaron a las mismas fueron el PRIAN, gobernantes con esa afiliación, intelectuales y ONGS, que desde siempre apoyan a esa alianza partidista.
En el uso de esa estrategia de convocar a “las marchas”, de percibirse como los mandones en el espacio público, AMLO y Morena no se han quedado atrás. Y por supuesto que ya anunciaron una marcha para el 18 de marzo por el aniversario de la expropiación petrolera, la cual, a la vez, también tiene la finalidad de enseñar más músculo y más capacidad de convocatoria que el conservadurismo en la organización de marchas o movilizaciones para atraer más votos.
Lo cierto es que las marchas no votan, pero tienen el valor, de que siembran la percepción colectiva de que “aquel que tenga más capacidad de movilización”, manda el mensaje de que “tiene la mayoría con él” y por ende merece el voto de los electores. Pero todo este esfuerzo es relativo ya que al final todo queda en ese “instante de libertad” en que el elector cruza la boleta.
Es evidente que los estrategas en esta lucha por el poder, se centran ahora en abundar la percepción de millones de mexicanos, hacia el que tenga más capacidad para llenar el Zócalo cuantas veces sea necesario y así darse sentido político-electoral a ello.
Las marchas o movilizaciones de la alianza conservadora prianista, es con la finalidad de conservar el estatus quo en el INE y electoralmente para conservar y convencer a más votantes y obviamente para seguir usando toda la estructura de manipulación política de ese instituto. Y por su lado López Obrador y Morena ha centrado toda su fuerza para llevar a cabo reformas legales en el INE, para trastocar el estatus quo neoliberal y acompañar y darle sentido al despertar social, que está impulsando fuertemente esas reformas al instituto electoral y también a las reformas sociales.
Viene al caso usar la última encuesta de Enkoll, que le da un apoyo social del 69% al presidente, y por ende una gran legitimación y fortaleza política.
De la marcha del D.F. nos venimos a la de Chihuahua el domingo. Aquí sí hay que hacer notar que, hasta nuevo aviso, la cantidad de asistentes fue menor a la de la ocasión anterior. Pese a que la movilización fue organizada por el oficialismo local, no pudieron superarla cantidad de asistentes a la anterior. Ello “dice” que hay problemas en el PRIAN local.
Y por ende, ello la dio más bríos y optimismo a Morena, quien continúa en su labor natural como oposición crítica a la Torre Centinela, por la entrega de terrenos del erario público a un empresario para construir maquiladoras, por la no devolución del dinero de los uniformes en Bachilleres, por el costo de las placas de revalidación en Chihuahua, etc.
De esa manera ambas fuerzas políticas, que luchan por la sucesión presidencial, la mayoría en el Congreso local, por las presidencias municipales y despuecito, por la gubernatura, continúan incesantemente su actividad política, Morena por lograr el cambio en Chihuahua y los conservadores por conservar el estatus quo, la gubernatura, la presidencia municipal, la mayoría en el congreso... y la gubernatura.